¿Qué tan importante es mantener una dieta libre de gluten para alguien que sufre celiaquía? El consenso científico es contundente: resulta vital para los celíacos evitar productos con cebada, centeno, trigo y avena.
Cómo la Segunda Guerra Mundial cambió la forma en la que se trata la celiaquía

Sin embargo, no siempre se supo con claridad cuál era el problema. Si bien a partir de 1880 ya se experimentaba con distintos tipos de dietas, estas rara vez daban resultado. De hecho, por entonces la condición tenía otro nombre: Síndrome de Gee-Herter.

No sería hasta 60 años después -durante uno de los períodos más oscuros de la historia de la humanidad- que un científico holandés encontró la clave para un tratamiento efectivo de esta condición.
Vida diaria y terror bajo la sombra de Hitler
Corría el año 1941. El dominio de la Alemania Nazi se extendía por toda Europa. En ciudades ocupadas por el régimen como La Haya, la destrucción, el hambre y la violencia eran el pan de todos los días.

En medio de ese caos trabajaba Willem-Karel Dicke, un médico pediatra que dirigía el Hospital de Niños Juliana en La Haya. Su misión, desde hacía varios años, había sido dar con una dieta adecuada para pacientes celíacos.
Dicke se encontraba trabajando en una teoría desde 1936. Sin embargo, no fue hasta el inicio de la guerra, cuando comenzaron a escasear los alimentos en los que se basaban los suplementos dietarios, que el médico desentrañó el enigma.
Un hallazgo en medio del horror
Ante la falta de ingredientes vitales para llevar una dieta equilibrada, el pediatra sugirió suspender la ingesta de pan y derivados del trigo. La situación empeoraría unos años más tarde, durante lo que se llamó <

Durante esa temporada, la situación en las calles holandesas era tan desesperante que los habitantes tuvieron que recurrir a los tulipanes para alimentarse. Ante la escasez de pan, Dicke notó una mejora en sus pacientes celíacos y acabó por convencerse del efecto de las harinas en aquellos que padecían la condición.
El fin del hambre y la respuesta al enigma
El médico vio confirmada su teoría hacia el final de la guerra, cuando notó un deterioro pronunciado en sus pacientes con celiaquía luego de que el país comenzara a recibir suministros de pan por parte de los aliados.

Una vez finalizada la guerra, el pediatra se embarcó en determinar qué tipo de harinas eran las que resultaban dañinas para los celíacos. Así fue que tras 5 años de investigación, publicó su hallazgo en una tésis que cambiaría para siempre la historia de la celiaquía.
Así fue como en uno de los períodos más oscuros de la historia, una mente brillante encontró la forma de hacer la vida más simple a millones de personas alrededor del mundo por generaciones. Su legado es una prueba más de lo inquebrantable del espíritu humano, aún en las condiciones más adversas.
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