¿Cómo acabamos con el desperdicio de alimentos? Redalco, un camino autosustentable

Entre 2 y 4 toneladas de frutas y verduras son recolectadas por día por la Red de Alimentos Compartidos (Redalco) en el Mercado Modelo —principal centro mayorista de estos alimentos—, ubicado en Montevideo, Uruguay. Esos alimentos tenían un destino equivocado: la basura. Pero desde que se creó la red, en 2016, cambiaron su rumbo. Estas toneladas que se descartaran por diversas cuestiones, ya sea mal estado o aspecto, se recuperan, clasifican y reparten en organizaciones sociales y centros educativos.

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El desperdicio de alimentos es una problemática latente en toda Latinoamérica. Por este motivo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (conocida también como FAO), comenzó a trabajar para generar conciencia y prácticas que intenten terminar con la pérdida y el desperdicio de alimentos, sobre todo, de frutas y verduras. En varios países del continente se han creado organizaciones y proyectos que buscan combatir este problema y Redalco es uno de ellos.

Una problemática internacional

La pérdida de alimentos se da desde la producción hasta el consumo final, aunque la mayor problemática se encuentra al momento de la producción y la distribución.

Según la FAO, 1/3 de los alimentos que se producen en el mundo son desperdiciados —es decir 1300 millones de toneladas—. Los alimentos que más se desechan son las frutas y verduras: entre el 40 % y el 50 % de la producción se pierde o se desperdicia en algún momento de la cadena.

En América Latina, por ejemplo, se desperdician alimentos que podrían alimentar a 300 millones de personas; lo mismo sucede en África, mientras que en Europa se desperdician alimentos que podrían alimentar a 200 millones de personas.

Si bien no todos las frutas y verduras pueden cumplir una función alimenticia, hay un gran porcentaje que puede ser consumido, pero por cuestiones culturales, por ejemplo, se descarta.

¿Qué es Redalco?

Todo empezó hace ya 2 años cuando uno de los ahora fundadores de Redalco asistió al Mercado Modelo por cuestiones comerciales. Mientras compraba un cajón de limones observó que al lado había una bolsa de repollos lista para ser descartada y, a simple vista, no parecían estar en malas condiciones para consumirse. «Vimos que si a ese repollo le sacábamos las hojas de afuera, la parte de adentro podía ser perfectamente consumida», explicó Marcel Sus, uno de los integrantes de la red.

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Y fue ese disparador el que los llevó a pensar en Redalco: «Comenzamos a hablar con la directiva del mercado para crear un proyecto que solucione la problemática del desperdicio de alimentos». 5 meses después su idea era una realidad. Al principio acudían una vez por semana con bolsas y recuperaban 100 kilos por día. Pero no era suficiente, sobre todo, si se tiene en cuenta que allí se desperdician entre 2 y 4 toneladas de frutas y verduras por día.

Finalmente, decidieron apostar a más y presentar en una materia de la facultad este proyecto. Allí lograron crear un proyecto social autosustentable y ganaron un dinero por el Fondo para Emprendimientos Solidarios. En menos de 1 año lograron hacer realidad su sueño y crear Redalco.

Un año después, Redalco sigue creciendo. 3 veces a la semana reparten frutas y verduras en 56 organizaciones sociales. Planean no solo llegar a más personas, sino también hacerlo los 5 días de la semana y, a largo plazo, llegar a los productores, sin descuidar la distribución en el Mercado Modelo.

Como red buscan « recuperar frutas y verduras que iban a ser desechadas pero que, sin embargo, están en buen estado como para ser consumidas». Luego de estar 2 horas en el mercado y de pasar por 550 puestos de venta, las frutas y verduras son trasladadas a un lugar cercano para que los voluntarios las clasifiquen.

Entre 10 y 15 personas esperan diariamente la llegada de frutas y verduras para clasificarlas, descartar las que no son aptas para el consumo y preparar canastas con las que sí pueden ser consumidas. Según Massimiliano Iannolo, otro de los coordinadores, de las 3 toneladas que en promedio se rescatan cada día, el 30 % se desechan. El resto se clasifica para repartir en las organizaciones sociales

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Según las necesidades de cada organización —y de acuerdo al sistema de planificación de los 3 días de actividad—, los voluntarios de Redalco crean canastas de frutas y verduras. Luego de 3 horas de clasificación, emprenden viaje por diversas zonas de Montevideo para repartir.   

Los planes a futuro

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Redalco asiste al Mercado Modelo 3 veces por semana, pero este es tan solo el comienzo: «Nuestro objetivo es recuperar todos los alimentos que se desechan en el Mercado Modelo. Ese es nuestro horizonte y, luego, llegar a la producción».

Están rumbeados: por semana suman 2 organizaciones, más voluntarios y logran recolectar cada vez más frutas y verduras. Además, están planificando crear un lugar donde clasificar los alimentos sin tener que estar al aire libre (y así no verse impedidos de trabajar un día de lluvia o de mucho viento).

Un cambio necesario

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Redalco identificó un problema endémico y constante a nivel nacional e internacional y decidió actuar. Del otro lado, el Mercado Modelo les abrió las puertas y les brindó todo lo que en cuestiones operativas necesitaban para comenzar a cambiar la cultura de desperdiciar alimentos.

Por su parte, los operadores del mercado recibieron de la mejor manera la propuesta: «En vez de que ellos tengan que tirar los alimentos, nosotros los pasamos a recoger. A su vez, se sienten bien porque era comida que desechaban y que podía ser reutilizada, pero al no haber un canal para ello, la tiraban».

Y es que, si bien muchas frutas y verduras no estaban en condiciones de ser consumidas, otras eran desechadas por cuestiones culturales. Por ejemplo, 2 cajones de boniatos iban a desecharse por ser pequeños, debido a que los consumidores prefieren comprar boniatos de tamaño mediano. Si esos boniatos no se desechaban en el Mercado Modelo, iban a ser tirados días después, luego de que ningún consumidor los elija para consumir.

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Gran parte del desperdicio que ocurre a nivel mundial es por una cuestión cultural. Pero esos alimentos están aptos para ser consumidos, y organizaciones como Redalco permiten recuperarlos y repartirlos en zonas con problemas socioeconómicos.

Solucionar problemas y autosustentarse

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Redalco es una red que se autosustenta. Si bien el dinero obtenido por el fondo fue fundamental para comenzar, hoy en día  buscan «depender lo menos posible de financiaciones externas y lo más posible de internas», dijo Marcel y para ello «pedimos una contribución monetaria a las organizaciones sociales para cubrir los costos operativos. Esta contribución la determinamos en base a cuáles son los costos que tenemos». Los precios son sumamente bajos, pero logran pagar viáticos, nafta, traslado, entre otros gastos operativos.

Crear hábitos y cambiar la cultura

En su recorrido de los miércoles, Redalco reparte frutas y verduras en la zona de Capurro, La Teja, Nuevo París y 3 Ombúes. El primer destino fue la Escuela Roosevelt, un centro educativo que trabaja con niños discapacitados. El cocinero encargado de preparar el almuerzo dijo que desde que participan en esta red lograron que los niños coman más frutas y verduras y, así, mejoraron la dieta de todos los que allí asisten.

«Fue una experiencia enriquecedora porque había chiquilines con hambre» explicó una docente de un liceo de esta zona. Este liceo tiene 3 turnos y, generalmente, asisten adolescentes en situaciones económicas y sociales complejas. Poco a poco han comenzado a generar nuevos hábitos alimenticios: «Hay un cuidado de la comida, de los hábitos de lavar la fruta antes de comerla, de no tener vergüenza por comer fruta en el liceo», agregó. 

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Repartir frutas y verduras en estos lugares permite, poco a poco, cambiar la cultura de la alimentación y adquirir hábitos alimenticios más saludables. En un centro juvenil de Capurro sucedió eso: «Es bueno generar estos hábitos. Muchas personas no accedían a las frutas y verduras no solo por cuestiones económicas» sino por competir con otros alimentos que parecen más ricos, explicó uno de los integrantes del centro.

Redalco, como otras organizaciones en Latinoamérica, identificaron un gran problema como es el desperdicio de alimentos y encontraron la forma de cambiar su destino final. Productores, distribuidores y consumidores pueden beneficiarse con estos proyectos. ¿Lo conocías?