Científicas mexicanas construyen vaginas en laboratorio

Mujeres que nacieron sin vagina recuperaron este órgano y todas sus funciones gracias al trabajo de un equipo de científicas mexicanas.

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Las investigadoras lograron reconstruir vaginas en el laboratorio a partir de células extraídas de la vulva de las pacientes, para posteriormente implantarlas.

El procedimiento es una muy buena noticia tanto para quienes padecen aplasia vaginal o síndrome Mayer-Rokitansky como para mujeres afectadas por cáncer, lesiones y otras anomalías, pues no tiene riesgos de rechazo inmunológico.

En el caso de quienes nacen con esta enfermedad, la mejor etapa para someterse a esta operación es la adolescencia.

“Estamos hablando de un órgano que no genera rechazo, que es 100 por ciento eficiente, pues se recuperó completamente su función y con complicaciones leves que se corrigieron mediante cirugías menores”, dijo Esther López-Bayghen, doctora en ciencias del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional (Cinvestav), quien participó en el estudio.

En teoría, estas mujeres podrán embarazarse sin problema, de acuerdo con el Cinvestav.

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¿Qué es el síndrome Mayer-Rokitansky?

Es un trastorno congénito que ocurre durante la gestación del feto y afecta a los conductos de Müller, a partir de los cuales se desarrolla el aparato reproductor femenino.

Aunque esta enfermedad no afecta los ovarios, sí provoca ausencia de menstruación y este es uno de los principales síntomas.

En México no existen cifras acerca de cuántas mujeres padecen aplasia vaginal, pero a nivel mundial se diagnostica un caso por cada 4 mil nacimientos.

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La investigación para la reconstrucción de vaginas

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En el estudio participaron 4 jóvenes entre los 13 y 18 años, quienes recibieron el diagnóstico de aplasia vaginal ante la ausencia de menstruación o por dolores abdominales intensos provocados por no tener salida para el sangrado, en caso de quienes sí tenían útero.

Tras la implantación, las pacientes tuvieron varias revisiones durante más de 8 años, a través de vaginoscopias, biopsias, resonancias magnéticas y cuestionarios.

“Los resultados que presentamos son parte de un trabajo de muchos años, porque además tuvimos que esperar la maduración sexual de las pacientes, porque es un órgano que no solo sirve para menstruar, sino también para la actividad sexual”, dijo la investigadora del Cinvestav.

El procedimiento consta de las siguientes etapas:

  • Extracción de las células epiteliales y musculares del tejido vulvar
  • Cultivo de las células en el laboratorio para dar tridimensionalidad al órgano
  • Intervención quirúrgica casi una semana después de la formación de la estructura; el producto se adapta al tamaño de cada mujer
  • Evaluación del tejido nuevo en el paciente

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Antes y después de la investigación

Cuando no existía esta solución, los médicos usaban un segmento intestinal para reconstruir la vagina, pero como el tejido es muy distinto, la operación era riesgosa, explicó Atlántida Raya, doctora del Hospital Infantil de México Federico Gómez, donde se realizaron las cirugías.

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En un principio, las investigadoras mexicanas habían desarrollado esta tecnología para construir uretras. Ya que lograron el avance con un órgano más complejo como la vagina, el próximo paso es generar un útero.

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