Chelsea Manning dio su primera entrevista tras ser liberada y explicó por qué filtró información confidencial

Edward Snowden se convirtió en la figura más destacada y en una suerte de símbolo de la resistencia civil ante los abusos de poder y los secretos que el establishment político mantiene alejados de la población, en tiempos en que la política internacional es inseparable de términos como filtraciones, ciberseguridad, vigilancia masiva y whistleblowers.

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Es el personaje que inspira aclamados documentales y controvertidas películas realizadas por prestigiosos directores hollywoodenses.

Tal vez la historia de Chelsea Manning necesite un poco más de tiempo para convertirse en objeto de adaptaciones hollywoodenses, pero probablemente lo hará, dado que es igual de increíble (aunque más compleja en sus implicaciones), con rasgos bastante trágicos y tristes en el medio, pero con lo que parece ser hasta ahora un final feliz. Nada más hollywoodense.

Una historia trágica con final feliz

Chelsea, cuando todavía era Bradley Manning, un analista de inteligencia del ejército estadounidense que trabajó en Irak en 2009, filtró a WikiLeaks casi 250.000 documentos clasificados con información militar y diplomática muy sensible y crítica.

La filtración, la más grande en la historia militar de los Estados Unidos, incluyó reportes que detallaban la muerte de miles de civiles en Irak, como consecuencia de las acciones militares del gobierno estadounidense.

También dos famosos videos que muestran bombardeos estadounidenses en Irak y Afganistán, lanzados indiscriminadamente, que mataron a cientos de civiles (incluyendo dos reporteros de la agencia de noticias Reuters).

Por otra parte, la filtración contenía miles de cables diplomáticos que han sido considerados clave en el surgimiento y el impulso de la Primavera Árabe que se inició a fines de 2010.

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Antes de su transición de género, era Bradley Manning 

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La justicia militar de los Estados Unidos acusó a Manning de 22 cargos tras la filtración, incluyendo el de «ayuda al enemigo», una grave violación estipulada en el acta de espionaje de 1917 que podría significarle la sentencia de muerte, y estuvo detenida casi un año en aislamiento solitario.

Fue encontrada culpable de 17 de esos 22 cargos y sentenciada a 35 años de prisión.

Un día después de la sentencia, Manning anunció que comenzaría su proceso de transición para cambiar de sexo, revelando que su identidad de género era femenina desde su infancia y que en adelante se llamaría Chelsea.

El proceso de cambio de sexo no fue fácil en prisión, y mucho menos con una sentencia de 35 años por delante.

En julio de 2016 Chelsea Manning tuvo un intento fallido de suicidio, lo que con la infalible lógica militar de la prisión en que estaba, significó nuevas acusaciones por intentar dañarse a sí misma y una sentencia adicional de 14 días más en aislamiento solitario.

Para sorpresa de nadie, allí intentó suicidarse otra vez.

Para completar este desolador panorama, a fines del año pasado Manning denunció que el gobierno y las autoridades de la prisión le estaban negando el tratamiento hormonal y los procedimientos médicos y quirúrgicos necesarios para su transición de género, por lo que comenzó una huelga de hambre.

Imagen Getty Images

Toda la situación de Chelsea Manning, desde su arresto hasta su condena y el trato recibido en prisión generó alarma internacional, la denuncia de organismos de derechos humanos y una campaña para su liberación que presionaba al gobierno estadounidense.

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Como un importante gesto final, pocos días antes de traspasar el mando a Donald Trump, Barack Obama accedió a commutar la pena de Chelsea Manning, argumentando que era demasiado excesiva, y reduciéndola a cuatro meses.

Una decisión que lo dejó bien parado en la recta final de su presidencia, pese a ser durante su propio gobierno que Manning  fue arrestada, acusada y sentenciada, e intentó suicidarse dos veces.

Ahora, pocos días después de su liberación (el 17 de mayo), Chelsea Manning dio su primera entrevista televisiva, a ABC News.

Allí explicó por qué consideró necesario filtrar la información clasificada que tenía en su poder:

¿Crees que le debes una disculpa al pueblo estadounidense?
Yo he aceptado la responsabilidad por lo que hice. Nadie me dijo que hiciera esto. Nadie me ordenó hacerlo. Fui yo, y yo soy la responsable. Obtienes toda esta información sobre muertes, destrucción, caos, y de repente dices basta. En un momento dejé de ver datos y estadística y comencé a ver personas. La guerra contra la insurgencia no es algo simple, no es buenos contra malos, es más complicado.
¿No crees que lo que hiciste era una amenaza a la seguridad nacional?
No.
Hay quienes dicen que, aunque tu motivación era que esta información estuviera en la esfera pública, puede haber ayudado al enemigo.
Sí, pero mi responsabilidad es con el público. Todos tenemos una responsabilidad.

En la entrevista también se abordó su vida en la prisión y su proceso de transición de género.

¿Por qué era tan importante para ti luchar por le tratamiento hormonal cuando estabas en prisión?
Es literalmente lo que me mantiene viva. Lo que evita que me sienta en el cuerpo equivocado y la horrible sensación que eso me genera. Siento que quisiera arrancarme todo el cuerpo.

En la entrevista Manning también agradeció a Barack Obama por darle «una nueva oportunidad».

Pese a que ahora está en libertad, Chelsea Manning sigue en medio de una batalla legal, en una apelación por su sentencia original.

Su caso es muy importante ya que en el centro de las acusaciones en su contra está la polémica acta de espionaje de 1917, una ley anacrónica creada durante la Primera Guerra Mundial que varios organismos, incluyendo la ACLU (Unión Estadounidense por las Libertades Civiles) que ahora defiende a Manning, consideran que debe ser revocada.