Breve historia del impeachment. El corto camino de Dilma entre la reelección y la suspensión

Se acerca el fin del proceso de destitución parlamentaria ( impeachment) de Dilma Rousseff. Nada es seguro, aún. Basado en un sondeo de los principales diarios de Brasil, entre 43 y 48 senadores se inclinan por la destitución de la suspendida presidenta. Para que la expulsen definitivamente del Palácio do Planalto, es necesario el voto de 54 miembros de la Cámara Alta.

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Pero cuidado, el entorno de Michel Temer, actual jefe de gobierno y ex vicepresidente de Dilma, confía en que el impeachment es inminente. “Deberemos tener entre 60 y 63 votos a favor”, dijo el jefe de Gabinete, Eliseu Padilha, durante los días previos a la etapa final.

Flashback

Imagen Getty Images

Michel Temer, actual presidente de Brasil

Hace un año y 10 meses, 54,5 millones de personas votaron para que Rousseff fuera reelecta como presidenta de Brasil. En mayo de 2016, cuando todavía gozaba de un 80% de aprobación entre los ciudadanos, los sobornos en la empresa estatal Petrobras y una recesión fueron el puntapié para que sea reemplazada por su vicepresidente.

Ni sus aliados del Partido de los Trabajadores ni los miembros del arco político opositor salieron limpios del manejo turbio de dinero en Petrobras. Tres billones de dólares fueron robados de la petrolera, y el 60% de los parlamentarios (320 en total) están involucrados en el delito. Si hasta su mentor y antecesor, Luis Inácio Lula Da Silva, resultó manchado con la investigación de lo sucedido. La suspendida presidenta fue la única que salió libre de culpa.

Agresivo ajuste fiscal

Durante su campaña para la reelección presidencial, Dilma Rousseff criticó a los políticos que, ante el contexto de recesión que atravesaba el país, consideraban que era necesario aumentar lo impuestos. Sin embargo, al asumir su segunda gestión, una de las primeras medidas que tomó fue el recorte del gasto público y el incremento de la recaudación.

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"Tenemos que salir de un déficit de 30,500 millones de reales (8,000 millones de dólares)” y alcanzar “un superávit de 34,400 millones (9,030 millones de dólares)” dijo el ex ministro de Hacienda brasileño Joaquím Levy, al anunciar su plan de ajuste, que también incluía la eliminación de 10 de los 39 ministerios y la reducción de mil empleos estatales.

El enojo entre sus votantes y detractores en las calles, rápidamente se trasladó a senadores y diputados, quienes encontraron en el mal manejo de los fondos públicos la excusa perfecta para echar con la jefa del Poder Ejecutivo.

Confianza

En mayo de 2016, 55 senadores votaron a favor de abrir el proceso de destitución, mientras que 22 se negaron. Tres meses después, cuando se dio el aval para el juzgamiento, los números se ampliaron: 58 a 21.

Si bien para el 26 de agosto los datos del sondeo no lo acompañan, Michel Temer ya se ha mostrado confiado de lo contrario. Se “hará una evaluación política y no jurídica del juicio político”, había dicho durante una conferencia días antes del inicio de los JJ.OO.