Aunque parezca muy dolorosa, la suspensión es una experiencia placentera gracias a este factor físico

La suspensión es practicada por pocos y vista por muchos como algo raro, doloroso, peligroso e incluso descabellado. Sin embargo, aquellos que lo han hecho aseguran que es una experiencia única. Algunos dicen que se alcanza un estado meditativo capaz de transformar al individuo, otros sienten una liberación, y algunos lo describen como una fuente de bienestar.

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Más allá de la experiencia y las motivaciones de cada cual, hay factores físicos que contribuyen a que muchas personas que se deciden a probar la suspensión eventualmente lo hagan de nuevo, al punto que muchos se convierten en especialistas y hacen una carrera profesional como performers.

Aunque existen muy pocas investigaciones disponibles con relación a los efectos de la suspensión a nivel fisiológico, muchos aseguran que en el estado mental correcto, dígase en buena disposición y relajado, la suspensión tiene la capacidad de inducir un aumento considerable en los niveles de endorfinas.

Las endorfinas pertenecen a una familia de sustancias químicas producidas por el sistema nervioso central (en especial el cerebro) que tienen la capacidad de bloquear la actividad en los receptores de dolor localizados por todo el cuerpo. Cuando estos analgésicos naturales se producen en cantidades elevadas, tienen un efecto a nivel psicológico, produciendo un placer muy peculiar.

Según los adeptos a la suspensión y aquellos que siguen las teorías primitivistas, esta práctica es una forma de retomar y potenciar las capacidades sanadoras del cuerpo humano neutralizadas por el estilo de vida de la actualidad. La suspensión ha sido practicada durante siglos por las tribus Okipas de la cuenca del río Missouri en Norteamérica.

Imagen Wikimedia Commons

En tiempos modernos podemos encontrar lugares donde los interesados pueden experimentar la suspensión en sus modalidades más practicadas. En un set de suspensión estándar participan profesionales encargados de reducir el riesgo de accidentes. Usualmente la preparación es tan rigurosa que esta toma más tiempo que la suspensión en sí misma. No obstante, siempre existe el riesgo de sufrir desgarramiento en la piel, hemorragias, desmayos por trauma de suspensión (una condición relacionada con la posición del cuerpo humano en el aire), entre otros riesgos.

Ver también: Suspensión en el aire con piercings