Atletas olímpicos refugiados fueron recibidos como héroes en su campamento de Kenia

El campamento Monday de Kakuma, Kenia, vivió un momento extremadamente emotivo tras el arribo de los atletas olímpicos que representaron la bandera de los Juegos Olímpicos como deportistas refugiados. Aunque hayan sido desplazados de sus lugares de origen, ese campamento es hoy su "casa", y más allá de medallas y desempeños, sus orgullosos compañeros, familiares y amigos recibieron a estos campeones de la vida como lo que verdaderamente son.

PUBLICIDAD

Aunque por lógicos motivos entrenan en Nairobi, capital de aquél país, cinco participantes de Río 2016 se tomaron unos días para descansar y celebrar entre sus seres queridos de Kakuma, que les prepararon pancartas, comida, fiestas y mucha alegría para darles la bienvenida tras su participación en Brasil. Con más de 180.000 personas allí ubicadas, el campamento Monday no escatimó elogios y cariño, agradeciendo el esfuerzo de quienes los ayudaron a escapar mentalmente al menos por unos días de la situación en la que viven. Como equipo, los Atletas Olímpicos Refugiados no lograron hacerse con ninguna medalla; sin embargo, no pasaron desapercibidos en cada disciplina en la que participaron, ganándose el respeto del público mundial gracias a sus historias de vida, esfuerzo y superación. Sin necesidad de meterse en temas políticos, le demostraron al mundo las consecuencias de lo que sucede en sus países natales y el potencial que existe cuando se toma el deporte como salida incluso en situaciones adversas, cosa que el COI tampoco olvidará.

Esta vez, el Comité Olímpico Internacional invirtió una cifra que supera los 2 millones y medio de dólares en el entrenamiento de sus 10 representantes refugiados, que a su vez se amplía si tomamos en cuenta becas, traslados y viáticos. Además, el organismo continuará con su respaldo ampliando el programa para nuevos participantes, poniendo también la mira en el próximo mundial de atletismo, a celebrarse el año entrante.