Ariana Grande, estoy 100 % de acuerdo con tu tweet sobre el atentado de Manchester

Estaba en mi casa, frente a la computadora, cuando me llegó un mensaje: «¿Viste lo de la explosión?». No tenía ni idea de qué me estaban hablando, pero prendí la tele y busqué en los portales de noticias de qué explosión hablaba mi amiga. Era verdad: durante un concierto de Ariana Grande había habido una explosión que había dejado 22 muertos y que, desde el comienzo, se había sospechado que se trataba de un atentado terrorista.

PUBLICIDAD

Estas noticias merecen un «parate» en nuestra rutina y que analicemos lo que sucede —y, en mi caso, escribir para poder informar—. Luego de escribir, de pensar y de lamentar todo lo que estaba sucediendo, pensé en Ariana Grande. ¿Ella dónde estaba cuando explotó la bomba? ¿Dónde estará en este momento? No es su culpa, pero todo sucedió en su concierto. Seguramente, dentro de ella estaban pasando miles de sensaciones y preguntas. Entré a su Twitter y no había ningún post. Pero, al poco rato, la cantante estadounidense publicó sus sentimientos:

«Estoy quebrada. Desde lo profundo de mi corazón, lo siento mucho. No tengo palabras».

El tweet tuvo más de 1 millón de RT y 2 millones y medio de likes. Luego de este tweet, Ariana Grande no se pronunció hasta que publicó una extensa carta en la que prometía volver a Manchester —4 días después del atentado y luego de suspender la gira por Europa—.

Pero no a todos les pareció buena idea publicar esas palabras. «En la monstruosidad de Manchester hay un detallito, una imagen, a la que no paro de darle vueltas: esta pobre chica, la cantante pop Ariana Grande, encerrada en su camerino pensando que tiene que tuitear algo. Pero como una obligación. Opinar se ha convertido en una esclavitud. Si se pasa la vida comentando chorradas, porque es parte del negocio, cómo no va a decir algo ante el acontecimiento probablemente más importante de su vida. Como si el mundo estuviera pendiente de su declaración».

Imagen SHUTTERSTOCK

Iñigo Domínguez, de El País de Madrid, publicó una columna de opinión respecto a la decisión de Ariana Grande de escribir en el momento de más terror: cuando los medios se van enterando, gota a gota, de lo que sucedió esa noche.

PUBLICIDAD

El periodista prosiguió: «Entiendo la grave responsabilidad de un primer ministro, que tiene que hablar a la población, pero para los demás existe, existía, la opción del silencio. Cuando no tienes ganas de decir nada y realmente no importa lo que digas. Y sobre todo, podría añadir, cuando ante 22 muertos importa un rábano lo que tú sientas. Lo añadiría si esta cantante no tuviera 182 millones de seguidores en redes sociales, porque parece que a ellos sí les podría importar, y ella puede incluso hasta creerlo así, pero es que yo hace años que no entiendo nada».

Cada uno enfrenta sus temores, sus tristezas y sus felicidades a su manera. ¿Por qué debemos cuestionar al otro? Ninguno de nosotros fue Ariana Grande en ese momento. Ninguno de nosotros era espectador —o bueno, quizá sí—de ese concierto en el que 22 personas fallecieron y 60 resultaron heridas. Todo lo contrario, somos espectadores de este mundo que, diariamente, nos sorprende —algunas veces para bien y, otras veces, para mal—. ¿Tenemos derecho a cuestionar las actitudes de los otros frente a una situación traumática?

No soy fanática de Ariana Grande. Es más, creo que nunca la escuché. No por prejuicios, sino porque no es la clase de música que suele divertirme. Pero la entiendo como persona, como ser humano. Porque ella nada tuvo que ver con ese atentado, pero fue en su concierto. Porque como protagonista de un espectáculo que terminó mal ella puede manifestar lo que siente. Y, sobre todo, porque cualquier persona en este mundo tiene que gozar del derecho de decir lo que piensa, cuando lo piensa y cuando desea. ¿Por qué tenemos que juzgar ese derecho a la libertad de expresión?

PUBLICIDAD

Pero... me pregunto: si Ariana Grande no hubiera publicado ese tweet, ¿también habría recibido críticas? Estoy convencida de que eso hubiera sucedido: algunas personas la habrían acusado de que no le interesaban sus fans, de que su silencio decía más que sus palabras. 

Así que sí, Ariana Grande, estoy de acuerdo con tu tweet. No solo por tus palabras, sino porque estoy plenamente convencida de que la libertad de expresión es el mejor camino para un mundo mejor.