Archivos del Vaticano sobre la dictadura argentina estarán disponibles para víctimas y familiares

En abril de 2015 el Papa Francisco ordenó al Vaticano la apertura de sus archivos vinculados a la dictadura en Argentina, el proceso cívico-militar que tuvo lugar entre 1976 y 1983, años en los que, todavía bajo el nombre de Jorge Bergoglio, el hoy líder de la Iglesia Católica era provincial de los jesuitas en su país.

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El Vaticano posee en su poder una importante cantidad de archivos generados en esa época, obtenidos principalmente mediante la nunciatura papal en Buenos Aires, la misión diplomática del Vaticano que tenía por entonces una estrecha relación con la junta militar del gobierno.

Los datos contenidos en esos archivos, relativos a la violación de los derechos humanos, las desapariciones, los asesinatos y otros crímenes perpetrados por la dictadura, pueden hacer avanzar las investigaciones y ayudar a los familiares de las víctimas del terrorismo de Estado.

Ahora, el proceso de organización y digitalización de los archivos ha finalizado, y se prevé que el próximo paso sea ponerlos a disposición de las víctimas y familiares directos de los detenidos desaparecidos.

Un comunicado conjunto por parte del Vaticano y las autoridades eclesiásticas argentinas declaró este martes que el esfuerzo parte “teniendo como premisa el servicio a la verdad, a la justicia y a la paz”.

También aclara, de acuerdo a un protocolo que se establecerá próximamente, "podrán acceder a la consulta de los documentos relativos las víctimas y familiares directos de los desaparecidos y detenidos y, en el caso de religiosos o eclesiásticos, también sus Superiores mayores".

No hay fecha fijada aún para el acceso a la información, pero el vocero del Vaticano sugirió que una apertura más general de la información podría realizarse más adelante.

Aunque todavía resta ver el resultado obtenido de estos documentos, este hecho, originado ante el pedido expreso del Papa Francisco, es un gesto muy importante por parte de la Iglesia Católica, que apoyó la dictadura cívico-militar en Argentina.

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El propio Francisco ha estado en el centro de la controversia por su papel durante el proceso y ha sido acusado de colaborar con el régimen. Muchos critican su silencio público ante las atrocidades, cuando tenía un cargo de autoridad en la iglesia. Pero también varios han argumentado que su obediencia al régimen le permitió también salvar varias vidas de personas perseguidas por el gobierno militar.