La paleontología es una de esas ramas de las ciencias que son inmensamente populares. Cualquier descubrimiento, desde los fósiles extraordinarios de los dinosaurios o los mamuts momificados en el hielo, hasta los insectos encerrados en arcaicos trozos de resinas, entre muchos otros, tienen el privilegio de atraer rápidamente la atención no solo de los científicos, sino también del público en general.
Archaeopteryx, un hito de la paleontología

Pero hubo un hallazgo que marcó un hito en la historia de la Paleontología, el descubrimiento de un fósil que por su singularidad se ha convertido muy probablemente en el más popularizado en todo mundo. Nos referimos a Archaeopteryx, el ave más antigua que se conoce.
Descubrimiento del fósil de Archaeopteryx

En el año 1860, en las rocas calizas de la región de Solnhofen, Alemania, fue descubierta la impresión casi perfecta de una pluma que un año después fue bautizada como Archaeopteryx (“pluma antigua”) por el paleontólogo alemán Christian Erich Hermann con Meyer. Este fue solo un adelanto de lo que ocurriría más tarde ese mismo año, el descubrimiento en la misma región del primer fósil casi completo del ave más antigua conocida.
En la actualidad, se cuenta ya con unos diez ejemplares descubiertos de Archaeopteryx, los cuales tienen el tamaño aproximado de una urraca y se ha estimado que vivieron en el período Jurásico, hace aproximadamente 150 millones de años atrás.
La gran importancia de este descubrimiento

El hallazgo de este fósil se enmarca en ese gran momento para la ciencia que fue la divulgación de la Teoría de la evolución por parte de Charles Darwin, y el fósil encontrado era muy semejante a los de algunas especies de dinosaurios pequeños bípedos, entre los cuáles seguramente se hubiera incluido como nueva especie a no ser por la presencia de las plumas.
A pesar de poseer plumas, esta ave carecía del gran esternón presente en las aves actuales, que sirve de apoyo a la fuerte musculatura responsable del vuelo, presentaba solo dos plumas timoneras en la cola en lugar del abanico de plumas de las aves y sus patas eran más semejantes a las de dinosaurios corredores como los Velociraptor que a las de estas últimas.
Esto enseguida hizo pensar a los científicos que este animal podría ser un intermediario entre los dinosaurios y las aves, iniciando con ello los debates e investigaciones que hoy permiten asegurar para muchos que realmente los dinosaurios no se extinguieron del todo, sino que la evolución había actuado de manera muy particular sobre algunas especies, dando origen a las aves actuales ¡Toda una revolución para la ciencia!
A pesar de los intentos de algunos científicos de demostrar que Archaeopteryx era una falsificación y un montaje de los evolucionistas, todos los argumentos fueron desmontados y hoy no hay dudas de la autenticidad de este valioso material que seguramente aún tendrá mucho que aportar en los fascinantes estudios de la evolución de las especies.
¿Conocías a Archaeopteryx y su importancia para la ciencia? ¿Qué otros fósiles extraordinarios conoces?









