Al fin sabemos por qué el Zócalo de la CDMX tiene ese nombre

En septiembre de 1843, el entonces presidente Antonio López de Santa Ana inició un proyecto para construir un Monumento a la Independencia en la capital de México. Sin embargo, debido a la difícil situación económica que atravesaba el país, los planes fueron interrumpidos y sólo quedó la base.

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Años después se construyó encima la plaza principal de la Ciudad de México, pero se le quedó el nombre de “ Zócalo” debido a que en arquitectura las bases de los monumentos son llamadas ‘ zócalos’.

En un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), se explica que para los arqueólogos Alejandro Meraz, Gonzalo Díaz, Rubén Arroyo y Ricardo Castellanos, resulta curioso que el nombre de un elemento arquitectónico sea el que defina a la plaza pública más importante de la capital mexicana.

Esto lo podemos constatar si buscamos la palabra “zócalo” en el Diccionario de la Real Academia Española, pues especifica que en México usamos esta palabra para denominar a la “Plaza principal de una ciudad, especialmente la del Distrito Federal”.

La mencionada base se localiza al norte del asta bandera, es plana y circular. Está enterrada a escasos 30 centímetros de profundidad y rodeada por un patio circular de tres metros de ancho. El descubrimiento se llevó a cabo gracias a que arqueólogos del INAH mantienen supervisión en las obras de rehabilitación que se realizan en la Plaza de la Constitución de la ciudad. Este proyecto incluye la sustitución del piso de concreto y la mejoras en la infraestructura peatonal y urbana.

Para conmemorar el hallazgo, arqueólogos de la Dirección de Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH colocarán una moneda de este año en la plataforma y solicitarán la colocación de una placa conmemorativa. Además, la Secretaría de Obras y Servicios del Gobierno de la Ciudad de México informó que la estructura será rellenada con tepetate y cubierta con una malla geotextil y piedra.

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En 1983 ya se tenía conocimiento de la existencia de este basamento, debido a los trabajos de excavación que se pretendían hacer para la construcción de la Línea 8 del Metro, la cual se proyectaba que cruzaría la Plaza de la Constitución. No obstante, se pudo acceder a la plataforma, ya que los trabajos fueron suspendidos por las protestas de los capitalinos y del propio INAH.

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