¿Usas filtros para bloquear avisos publicitarios en la web? Si la respuesta es «sí», no estás solo, formas parte de un número creciente de usuarios que utilizan los llamados « ad-blockers» para navegar la web libre de molestias. La práctica es tan popular que, con el lanzamiento del iOS9, Apple habilitó a los usuarios a usar filtros para navegar la web desde sus móviles y, rápidamente, los ad-blockers treparon a los primeros puestos de las aplicaciones más descargadas de la App Store.
Ad-blocking: Por qué algunos consideran que los filtros de publicidad son la nueva piratería

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A primera vista, esto parece una tendencia positiva que no hace más que beneficiar a los usuarios. Sin embargo, no todo es tan simple y algunas empresas, como la revista de negocios Forbes, han comenzado a tomar acciones en su contra. Esta última decidió optar por la extrema medida de bloquear a aquellos usuarios que utilicen estas aplicaciones y hasta llegó a sugerir que los filtros de publicidad podrían ser la nueva piratería.
¿Qué son y cómo funcionan los ad-blockers?

La premisa es bastante simple. ¿Has notado esos videos e imágenes publicitarias que aparecen en tu navegador y rara vez tienen relación con el contenido que estás mirando? Estas aplicaciones las esconden, evitan que tu navegador te los muestren. Cuando un sitio web se está descargando, tu filtro de publicidad analiza su contenido para buscar aquel que coincida con el que se lo programó para bloquear y, si encuentra algún ejemplo, lo sustituye con otra imagen o simplemente deja el espacio en blanco.
El problema para las páginas web surge porque los avisos se pagan únicamente si llegaron al cliente y, por más que la página reserve lugar para ellos, con el filtro de publicidad esto no sucede, por lo tanto, el sitio no recibe dinero alguno.
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¿Por qué la controversia?

Internet nos ofrece muchísimo contenido de forma gratuita y eso es bueno. Democratiza la información y nos permite acceder a cosas que antes jamás podríamos haber consumido. Por esta razón, muchas veces tendemos a pensar en el contenido de Internet como algo gratuito, que se debería proveer a los usuarios libre de costo.
Sin embargo, como suele decirse, «nada es gratis en la vida» y hay que considerar que, detrás de cada contenido, hay una persona dedicando su tiempo a producirlo. En muchos casos, esta persona le dedica tanto tiempo que busca convertirlo en su sustento y es ahí donde entra en juego la publicidad.
Los avisos en páginas web son una industria que mueve miles de millones de dólares al año. En parte, han salvado a los periódicos que, aplastados por la revolución de la Internet, han pasado a ocupar plataformas digitales y obtener ingresos de este tipo de acciones publicitarias.
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Los filtros de publicidad buscan eliminar justamente el aspecto que genera ganancias a estas empresas y, por esta razón, han empezado a defenderse. Los contenidos gratuitos en Internet no son tales. Se pagan, pero a diferencia de hacerlo de formas más tradicionales, los pagamos mirando avisos. Si bloqueamos esos avisos, técnicamente estamos accediendo a un contenido pago sin pagar su precio y es allí que surgen las comparaciones con la piratería.
Claro está, también se podría argumentar que es un cambio más del mercado al que las empresas deben adaptarse, algo que están intentando hacer con la producción de aplicaciones nativas, donde tienen control total sobre los anuncios que deciden mostrar. Sin dudas, se trata de un tema muy complejo que merece un análisis más detallado, pero es interesante entender ambos lados de la discusión.
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