8 cosas que nos pasan a las mujeres en el metro de la Ciudad de México

El acoso a las mujeres en el metro de la Ciudad de México -y en el transporte público en general- es cosa de todos los días. No importa cómo estemos vestidas, si el vagón está vació o lleno, si es de día o de noche; todos los días las mujeres tenemos que lidiar con miradas lascivas, toqueteos y palabras disfrazadas de “piropos”.

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Muchas mujeres nos sentimos inseguras al viajar en el metro, porque más de una vez hemos sido acosadas. Tal es el caso de las siguientes mujeres, quienes compartieron con Vix sus experiencias de acoso en el metro de la Ciudad de México.

"Un chico se me acercó y comenzó a decirme cosas asquerosas al oído, cuando volteé a verlo para gritarte que se alejara de mí, me di cuenta de que se estaba tocando. Mi reacción fue decirle que era un puerco y preferí bajarme en la siguiente estación del metro". Rocío, 30 años
“Tenía 14 años y viajaba sola en el metro. Un tipo como de 40 años se me pegó demasiado con el pretexto de que el vagón iba muy lleno. Me fui hasta el otro extremo del tren y me siguió. Yo no sabía si decirle algo porque no estaba segura de si lo hacía a propósito o por ‘accidente’; cuando se bajó del metro aprovechó el tumulto para meter su mano por debajo de la falda de mi uniforme de secundaria. Desde entones viajo a la defensiva en el transporte público y trato de usar mi mochila y todo lo que traiga encima como armadura”. María, 33 años
“Hace como 4 años yo vivía en Cuajimalpa, entonces mi vía de llegada era metro Tacubaya. Tenía 24 y me sentía súper poderosa, siempre andaba en la calle sola y a altas horas de la noche y no me sentía insegura. Un día fui a un cumpleaños de una amiga y tomé el último tren. Llegué a Tacubaya por la línea rosa, pero mi salida era por la café. Me bajé del metro y caminé para salir, pero todo el camino un tipo iba detrás de mí; aunque caminara más lento o más rápido. Así que me harté, me detuve y me puse de lado para dejar que pasara o para que viera que ya me había hartado. El tipo en vez de pasar de largo se acercó y me dijo que me daba 500 pesos por estar conmigo. Primero me quedé en shock, después que me cayó el veinte me enojé y le dije que se largara, pero no se fue. Me siguió hasta mi salida del metro y hasta que me subí al camión que tomé. Me sentí humillada y con miedo. Iba temblando y llorando en el camión, no me tocó ni nada pero me hizo sentir impotente y me quitó poder. Fue la primera vez que me sentí insegura andando sola”. Maya, 28 años
"Una vez al salir del vagón un hombre apretó mis pompas, como había mucha gente no pude estar segura de que quién fue. Solo vi a un montón de hombres, pero a un tipo en específico haciéndose el tonto y delatándose con su 'cara de yo no fui". Clara, 35 años
“Solo una vez me sentí intimidada porque era de noche, llevaba vestido con medias y un tipo me miró muy lascivamente, me sentí insegura porque tuve la sensación de que algo me podía hacer”. Isabel, 29 años
“Estaba en la estación Pino Suárez esperando a algunos amigos. Sentí la mirada de un tipo sobre mí, al observarlo me percaté de que estaba tomando fotos con su celular, corrí a comentarlo con un policía que estaba muy cerca, el cual respondió que era mi culpa por traer vestido. Al obtener esa respuesta yo también le tomé fotos al tipo y le grité que era un pervertido, él se retiró y yo seguí ahí frustrada esperando.” Liliana, 25 años
“Iba rumbo a la escuela. Iba sentada y el metro estaba atascado, se subió un tipo y se me quedaba viendo. Él iba parado y en un ‘frenón’ hizo como que se iba a caer, pero en realidad me dio un arrimón en el brazo. Entonces le dije groserías y lo bajaron del vagón”. Yesenia, 30 años
"Me subí al metro, me senté en un asiento individual y un tipo se sentó frente a mí. El resto del vagón estaba semivacío. Me percaté de que no dejaba de mirarme, yo simplemente lo ignoraba viendo mi celular, pero en algún momento me hartó su mirada, levanté la cara y el tipo estaba masturbándose. Fue asqueroso, me bajé del vagón y no encontré a ningún policía. Igual me quedé medió paralizada y asqueada y no grité". Fernanda, 25 años

La violencia sexual -que incluye comentarios o insinuaciones sexuales- se ve como algo normal en México, por eso es importante hablar sobre el tema y compartir lo que todas las mujeres en México y el mundo viven a diario. Dejemos de normalizar el acoso y alcemos la voz. 

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