7 ridículas cosas hechas por los victorianos en nombre de la ciencia

La llamada Época Victoriana marcó la cúspide de la Primera Revolución Industrial y trajo notables avances científicos. También se produjeron algunas estafas y estas son algunas de las más importantes.

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1. Perros lectores

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Sir John Lubbock fue un destacado científico de la Época Victoriana, el hombre que acuño los términos «paleolítico» y «neolítico» e introdujo las bombillas de Edison en Inglaterra, también se pasó cientos de horas intentando enseñar a leer a su perro. Estaba convencido de que los perros entendían inglés y eran capaces de leer una larga frase en un cartel.

2. Señales a Marte

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El descubrimiento de los Canales de Marte por parte del astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli en 1888, trajo consigo una ola de furor para comunicarse con los marcianos. En 1892, una rica mujer francesa invirtió una absurda cantidad de dinero para construir una red de espejos gigantes, con el objeto de enviar mensajes a Marte en código Morse. Se desilusionó cuando los astrónomos serios le dijeron que Marte se estaba alejando de la Tierra.

3. Electrocución testicular

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Cuando la novedosa energía eléctrica llegó al mundo cotidiano, se pensó que podía curar casi todo. Unos ingenieros victorianos, preocupados por los hombres con deficiencias de « energía masculina» diseñaron un cinturón que emitía constantes descargas eléctricas sobre los genitales del infortunado. Curiosamente, 100 años después se ha establecido que pequeñas descargas en el pene podrían ayudar a los que sufren de impotencia.

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4. Comunicación telepática

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El prestigioso periodista y editor inglés, William Stead Thomas, pionero del periodismo de investigación, se convirtió en un ardiente defensor de la comunicación telepática y presumía de dar instrucciones a su secretaría por telepatía. Murió en el naufragio del Titanic y sus periodistas dijeron que había reportado el desastre telepáticamente.

5. Auroexperimentación

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La Época Victoriana vio el surgimiento de la ética médica, por lo que se abandonó la práctica de tomar a pobres personas y a delincuentes para experimentar las novedades científicas. Algunos científicos recurrieron a los únicos « conejillos de indias» a mano: ellos mismos y sus colaboradores. Ciertos casos de autoexperimentación fueron verdaderamente osados, como August Bier con la anestesia espinal, Jesse Lazear haciéndose picar por los mosquitos portadores de la fiebre amarilla y el posvictoriano Pierre Curie aplicándose dosis de radiación.

6. Comer todo lo que existe

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William Buckland fue un destacado naturalista y geólogo inglés, primero en hacer la descripción completa de un dinosaurio y se dice que la única persona a la que Charles Darwin odió profundamente. Buckland postuló que era necesario probar todo lo existente sobre la Tierra, registrando su sabor para conocimiento de la humanidad. Entre otras cosas, comió emparedados de ratón y bebió orina de perro. Solo se quejó del topo de jardín, al que calificó como asqueroso.

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7. Optografía

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La optografía, la pseudociencia que postulaba que en el globo ocular quedaba grabada la última imagen vista por una persona en vida, gozó de gran popularidad durante la Época Victoriana. En 1880, el notable fisiólogo Wilhelm Kuhne, creador de la palabra « enzima», adquirió la cabeza del criminal guillotinado Erhard Gustav Reif para examinar sus ojos. Incluso hasta los años 1920, algunos asesinos destruían los ojos de sus víctimas para evitar ser identificados.