El sistema de navegación Galileo es el «GPS» de Europa. Un sistema planeado para eliminar la dependencia del GPS estadounidense y aportar otros beneficios. Puso en órbita sus dos primeros satélites en 2011, se estima que terminará costando por lo menos 3400 millones de euros, después de un presupuesto inicial de entre 2200 y 2950 millones, y ha llevado una vida algo accidentada. Te invitamos a conocer al proyecto Galileo en 7 preguntas con respuestas muy sencillas.
7 interesantes cosas que debes saber sobre el sistema de navegación Galileo, el «GPS» de Europa


7. ¿Y cómo es eso del GPS?
La tecnología de geoposicionamiento es asociada generalmente al nombre GPS (Global Position System) porque esa fue la denominación que recibió el sistema estadounidense, que en 1993 se convirtió en el primero con cobertura global, aunque ya existen otros tres sistemas en operación o en desarrollo: el ruso llamado GLONASS, el chino conocido como Beidou y el europeo nominado Galileo en honor del célebre astrónomo y físico italiano. Los sistemas norteamericano y ruso están en funcionamiento global, mientras que el chino opera parcialmente, abarcando al gigante asiático y otros países vecinos. El sistema Galileo aún no empieza a trabajar y está muy retrasado.
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6. ¿Y cómo hacen los satélites para localizar un punto?
El objeto sobre el planeta con un receptor GPS está en contacto con la constelación de satélites del sistema. Para posicionarse, dicho objeto envía su señal «aquí estoy, pero no sé dónde» a por lo menos 4 satélites. Por el tiempo que tardan las señales en llegar a los satélites (pura relojería atómica) se establecen las distancias entre el objeto sobre la Tierra y cada uno de los 4 satélites. Conocidas esas distancias, mediante un método matemático llamado trilateración, se establecen las coordenadas o posición del objeto sobre el planeta.

5. ¿Y qué tan retrasado está Galileo?
Un sistema de posicionamiento requiere un mínimo de 24 satélites artificiales en funcionamiento para dar cobertura las 24 horas del día en todo el globo terráqueo. A ello hay que añadir los satélites de reserva para suplir fallas y las necesidades de mantenimiento de las unidades. Galileo fue concebido con 27 satélites que serían lanzados entre 2008 y 2010; sin embargo, hasta ahora solo se han puesto en órbita 10 satélites, algunos con graves fallas, estimándose que el sistema no estará disponible antes de 2020.

4. ¿Y por qué Europa necesita su propio sistema? ¿No le bastaría con el GPS estadounidense?
Los sistemas de posicionamiento estadounidense y ruso fueron destinados inicialmente a uso exclusivamente militar y luego liberados para el mundo civil y allí está el problema. Si esos dos países consideran necesario en algún momento, bloquear el uso civil de sus plataformas de posicionamiento por razones de seguridad nacional o de otra índole, el resto del mundo sencillamente se quedaría sin sistemas de localización satelital. Europa desea eliminar esa dependencia, principalmente para asegurar el funcionamiento de sectores críticos como por ejemplo el transporte aéreo y terrestre.
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3. ¿Y por qué el retraso de Galileo?
Por la misma razón por la que se retrasan casi todos los proyectos de la Unión Europea: muchos cerebros de distintas nacionalidades razonando sobre un mismo tema para tomar una única decisión; esa es la gran fortaleza pero también la gran debilidad de Europa. El proyecto comenzó siendo mixto (público y privado) y luego se tomó la decisión política de nacionalizarlo (o mejor dicho, europeizarlo). Los chinos estaban entre los socios iniciales, lo que no le terminaba de gustar a algunos países. Finalmente, los asiáticos se retiraron para dedicar todas sus energías a su propio proyecto, que ya opera con los 16 satélites previstos en una primera fase, aunque la cobertura no es global. En una segunda etapa, que se estima terminar para 2020, los chinos completarán su constelación para disponer de un sistema que cubra todo el globo. Entretanto, Galileo ha seguido al ritmo de Europa, es decir, lentamente.

2. ¿Y qué tan graves han sido las fallas?
Los satélites Doresa y Milena, ambos enviados en 2014, no entraron en órbita en la posición correcta por fallas de lanzamiento. Debieron situarse a 29 000 kilómetros de altura y se quedaron 2800 kilómetros por debajo. Tenían que estar inclinados 55 grados con relación al ecuador y se situaron a 49,8. En estos aparatos, la reserva de energía es crítica y no puede malgastarse en movimientos imprevistos. La agencia espacial consideró la posibilidad de tirar los satélites a fondo perdido, aunque luego fueron puestos en unas órbitas que se consideran utilizables.

1. ¿Y Galileo será mejor o igual que el GPS?
Hasta ahora, los sistemas de posicionamiento se han conformado con establecer sus niveles de precisión en unos metros más o unos metros menos. Galileo pretende mejorar la exactitud de la localización a variaciones en centímetros, o al menos eso es lo que dice la Agencia Espacial Europea. Una mayor precisión nunca estará demás, sobre todo cuando se tienen miles de aviones en el aire y cientos de trenes en tierra circulando a altas velocidades. Igualmente, Galileo sería más confiable cuando se trata de atender mensajes de socorro y se espera que sea más seguro en áreas donde la confidencialidad de las comunicaciones es crítica, como por ejemplo en los servicios policiales y aduanales. Además, Galileo será gratuito para las personas, a condición de que cuenten con un dispositivo adecuado para conectarse, como un teléfono móvil.
Asimismo, por el posicionamiento de su constelación de satélites, Galileo será más fiable en las zonas cercanas a los polos de la Tierra, unas áreas en las que el GPS estadounidense pierde puntería.
Todo muy bonito, siempre y cuando se haga realidad.









