Los estudios científicos no siempre dicen la verdad. Como todo en este mundo, hay una gran cantidad de estudios que no son del todo cierto y nos confunden. Muchas veces no se trata de una maldad propia de los científicos, sino de que los estudios no siempre son exactos y no siempre reflejan una verdad absoluta.
5 mitos de ciencia y salud que fueron derribados en el 2016

Pero cada año surgen nuevos estudios que revelan la veracidad de aquellos mitos que continuamos repitieron. En este caso, veremos 5 mitos particulares que durante el 2016 fueron derribados gracias a nuevos estudios científicos.
- Ver también: 10 cosas que aprendimos en 2016 gracias a la ciencia
5. El ejercicio te hará perder peso

Cuando se termina el año, la fiestas contribuyen al abuso del consumo de comida que solo podría ser contrarrestado por el ejercicio. Así es como muchas personas se anotan al gimnasio el primer día del año, para ya marcar la tendencia de un próximo año de mucho ejercicio y menos peso.
La publicidad nos condiciona a creer que el ejercicio nos ayuda a perder peso. Pero en realidad, el ejercicio no es para nada un elemento importante en la pérdida de peso, aunque si lo es, para la salud.
La ciencia está constantemente investigando al respecto. Este año se publicaron más de 60 estudios de renombre que explican la relación entre el ejercicio y la pérdida de peso.
A grandes rasgos, el ejercicio contribuye en muchos aspectos de nuestra salud, pero no es el modo más efectivo de perder peso. De hecho, muchas personas que asisten al gimnasio con frecuencia siguen teniendo sobrepeso.
Lo ideal para disminuir el peso es mantener una dieta balanceada, sin excesos, ni agregados de azúcar, sin comer más de lo que necesitamos.
Lo que sucede es que el ejercicio no solo aumenta la musculatura, también ayuda a regular la dieta, ya que cuando una persona está realizando actividad física, tiene necesidad de consumir alimentos más altos en energía y más nutritivos para el cuerpo. Esto a su vez, elimina gran parte de los alimentos obsesivos, como las tortas, los bizcochos entre otros.
4. La OGM no son seguros para la salud

Desde su creación, los OGM o transgénicos son una temática de mucha discusión, y hoy en lo son aún.
A nivel mundial, millones de personas consumen ingredientes que tienen OGM y en general no se han observado problemas de salud que derivan de su consumo. Sin embargo, hay una gran cantidad de grupos activistas antitrangénicos y muchas personas que no son necesariamente activistas que continuán criticando e insistiendo en que estos alimentos son peligrosos.
Pero este año se publico un reporte realmente muy exhaustivo sobre el consumo de los organismos genéticamente modificados. En el mismo se agrupó una gran cantidad de información, de evidencia y datos que reportaron que los OGM son tan seguros como cualquier alimento.
A su vez, los científicos descartaron cualquier relación entre cáncer, obesidad, enfermedades gastrointestinales o alergias que puedan derivar de su consumo.
Por otro lado, el estudio también estudio detenidamente los efectos de estos alimentos a nivel económico y ambiental. Sobre todo a nivel ambiental, la historia es otra, y la producción de los OGM tiene efectos negativos sobre nuestro ecosistema.
Pero en lo que refiere a la salud, está confirmado que no son peligrosos.
3. Los antibióticos curan el resfrío

Hoy en día, a pesar de lo rápido que circula la información, seguimos utilizando antibióticos para curar un resfrío o una gripe común.
Por esta razón, es realmente importante comprender que, como muchos científicos insisten hace tiempo, hay que dejar de consumir antibióticos para curar estos síntomas.
Los antibióticos luchan contra las bacterias, es decir contra una infección bacteriana. Pero la gripe o el resfrío no son infecciones bacterianas, son infecciones virales. Entonces, cuando consumimos antibióticos y en realidad tenemos un virus, no estamos ayudando a nuestro cuerpo a mejorarse.
Pero lo más preocupante es que consumir antibióticos cuando no lo necesitamos puede aumentar la resistencia a los antibióticos por parte de las bacterias y contra esto es que la ciencia está luchando a diario.
A su vez, consumir antibióticos cuando no es necesario afecta más aún a la flora microbiana que tenemos en nuestro sistema digestivo.
Según un estudio realizo este año, el 30 % de los antibióticos consumidos son innecesarios ya que son utilizados para condiciones que no se deben a una infección bacteriana.
En el próximo año, no deberíamos consumir antibióticos por cualquier síntoma que presentamos.
2. La homeopatía es un tratamiento médico real

La homeopatía existe desde 1814 y es aún muy utilizada por muchas personas.
Muchas personas consideran que son tratamientos más eficientes que los convencionales y por otro lado están quienes creen que son una farsa. En general, la comunidad científica está en contra de los principios de la homeopatía.
De hecho, se han publicado una serie de estudios, investigaciones y libros que demuestran que la homeopatía es una farsa. Y junto a esto hay mucha evidencia que demuestra que la homeopatía no ayuda a quienes la consumen.
En Estados Unidos se están implementando medidas para que los médicos homeopáticos demuestren que sus medicamentos son útiles según evidencia científica si quieren incluirlos en el mercado.
Este sin duda es un gran paso para que se comience a entender que los tratamientos homeopáticos no se basan en evidencia científica, aunque estos medicamentos están lejos de desaparecer.
Pero es importante que todo comprados comprenda que la homeopatía no se basa en ciencia, y que por lo tanto, no es un medicamento.
1. No hay calentamiento global

El cambio climático siempre fue negado por algunas personas, incluso personas que ocupan cargos en la política o en organizaciones del medio ambiente.
Pero la información estadística demuestra lo contrario. La Tierra se está calentando lenta y continuamente. En 2015 el planeta tuvo 0,89° C más que en el siglo XX. Este aumento en la temperatura es lo que conocemos como el calentamiento global.
En general, suele suceder que los aumentos de la temperatura fluctúan en el tiempo. Por esta razón, en los años anteriores a 1998 la temperatura iba aumentando a un ritmo mayor.
Esto se debe a que cuando quemamos combustible fósil, expulsamos gas de efecto invernadero que calienta la superficie de la Tierra. Pero, un 90 % de este calor es absorbido por los océanos.
Las interacciones entre los océanos y la atmósfera puede causar variaciones en la temperatura. A su vez, estas interacciones se incrementan si hay algún evento en el océano, como el Niño, que pueden generar una mayor transferencia del calor hacia la superficie.
Pero esto no significa que en 1998 se frenó el calentamiento global simplemente porque la temperatura pareció estabilizarse un poco más. El 2014 fue el año más caliente sin el evento de El Niño y esto demostró claramente que el cambio climático es real y que hay un calentamiento global que está sucediendo ahora mismo.
Un año más tarde, cuando apareció El Niño, se registraron temperaturas aún más altas.
Y tal como los números lo demuestran, las temperaturas continúan a subir, el clima continúa a variar de modo desmesurado y la biodiversidad en el planeta está sufriendo como resultado de todo esto.
¿Qué te parecieron estos mitos derribados por la ciencia en 2016? ¡Ahora podrás dormir con mayor tranquilidad!
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