5 desagradables cosas en los fumadores de las que nunca son conscientes

Imagen Thinkstock

En el planeta hay cerca de mil millones de personas que fuman todos los días. Si a ver vamos, el mundo está poblado de inconscientes. Estas son las 5 cosas que resultan más desagradables en los fumadores, que ellos se empeñan en ignorar.

Imagen Thinkstock

5. Mal aliento

PUBLICIDAD

Muchos fumadores padecen de halitosis, que es el término genérico que define al mal aliento. Puede que no lo sientan, pero para las personas que están cerca es muy desagradable.

Imagen Thinkstock

4. Mal olor

El olor de los alcaloides y otros compuestos, naturales o añadidos, presentes en el tabaco de los cigarrillos, se pega al cuerpo y a la ropa de los fumadores casi como una segunda piel. Los menos enterados de esa calamidad corporal son precisamente los mismos fumadores. Es una fetidez especialmente molesta para los no fumadores.

Imagen Thinkstock

3. Mala apariencia personal

Los químicos del tabaco y el cigarrillo atacan el esmalte de los dientes, tornándolo opaco o amarillento. Igualmente, los dañinos compuestos del tabaco perjudican las encías. El humo del tabaco quemado reseca la piel, afectando en primera instancia al rostro del fumador. Muchas chicas y chicos dejarían de fumar si pudieran ver con anticipación cómo terminaría su cara tras 10 años de consumo de cigarrillos y cómo sería sí dejaran el hábito de inmediato.

Imagen Wikimedia Commons

2. Mala imagen

En una sociedad históricamente patriarcal, fumar llegó a ser símbolo de masculinidad y hubo actores que lo hacían frente a las cámaras solo para parecer más viriles, aunque el personaje de la foto, Humphrey Bogart, fue un fumador empedernido que consumía hasta 4 cajetillas por día, falleciendo a los 57 años de un cáncer de esófago. Para la mujer, fue en principio un dudoso símbolo de emancipación. Ya nadie cree que un hombre que fume sea más varonil ni una mujer más liberal e independiente. Pero algunas viejas costumbres se niegan a morir, al menos parcialmente. Los estudios demuestran que los hombres fumadores, mientras se cuiden un poco, siguen haciendo conquistas. En cambio, muchas mujeres que han logrado impresionar instantáneamente a un varón, dejan de  generar interés, o suscitan un sentimiento de rechazo, tan pronto sacan la cajetilla de cigarrillos. El machismo no ha muerto, pero en este caso, las damas tienen poco que reclamar.

Imagen Thinkstock

1. Mala conciencia

La actitud irreflexiva de los fumadores comienza cuando inundan de humo un espacio aéreo que es común a todos los que se encuentren en su presencia e incluso a los que no lo están. Es frustrante ver a un amigo o a un familiar, visiblemente enfermo, pero incapaz de abandonar un hábito relacionado con su enfermedad. Es irritante ver a una persona encender un cigarrillo en una condición de riesgo, por ejemplo, cuando se dispone a conducir, o frente a un coche con la cubierta del motor levantada por una avería, o en las cercanías de sustancias inflamables. Finalmente, es exasperante ver como los fumadores activos ponen a participar a los fumadores pasivos, sin su consentimiento, de una práctica perjudicial para la salud de todos.

Ya sabemos que el tema no es agradable, pero ¿añadirías una sexta?