En agosto de 2015, Nicolás Maduro, Presidente de Venezuela, decretó el estado de excepción y cerró su lado de la frontera a Colombia. El pasado domingo, por unas excepcionales 12 horas, miles de venezolanos cruzaron a la ciudad colombiana de Cúcuta para abastecerse dado la extrema escasez que enfrentan en su país. También se abrió el paso a las ciudades de La Parada y Villa del Rosario.
35.000 venezolanos pudieron cruzar a Colombia para proveerse de alimentos y medicina

Primero circuló un rumor y luego se volvió realidad: podrían pasar y comprar en los supermercados colombianos - quienes triplicaron sus ventas. En Colombia, reforzaron el personal y los suministros: los venezolanos necesitaban lo básico, desde papel higiénico a aspirinas, harina y arroz. Algunos gastaron uno o dos salarios de un mes en una sola compra viendo que lo necesitaban no se encontraba en Venezuela.
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No se produjeron incidentes, sino que más bien hubo gratitud por la hospitalidad de los vecinos.
35.000 venezolanos se movilizaron cuando la frontera se abrió por 12 horas

La policía venezolana comprobaba que solo transportaran víveres
"Me vine de San Cristóbal a buscarle la leche de los nietos de 4 y 6 años porque en la ciudad no se consigue nada de eso", dijo a Reuters Flor Guillén, una mujer de 58 años que viajó dos horas de madrugada desde la capital estatal en el auto de un amigo.
En Venezuela, la escasez sigue a la inflación y a una moneda devaluada: lo básico no se encuentra y es carísimo. Según estas cifras, es el país del mundo que registró la inflación más alta en 2015, alcanzando el 180%. Venezuela depende mucho de las importaciones y hoy en día, no las puede costear (en un momento se generaban incentivos a la importación, anteponiéndola a la producción nacional).
La falta de infraestrucutra es alarmante en la salud, varios medios han hecho reportes de una situación gravísima.
El gobierno de Nicolás Maduro, heredero del de Hugo Chávez, está fuertemente endeudado, por la caída de los ingresos petroleros del país, que se encuentra en una situación de importar casi todo lo que consume y un implacable control de divisas y precios.
El país enfrenta enormes índices de corrupción y de ineficacia, que lleva a sus habitantes a tal estado de escasez, que genera un aumento de los saqueos.






