Aristóteles fue uno de los filósofos más importantes de Occidente. Además de escribir sobre filosofía, física y astronomía, entre otras, también fue capaz de dar grandes consejos para vivir mejor. La fuente de la felicidad, para él, no consistía en tener riquezas ni poder, sino en la compañía que tenemos.
Según Aristóteles, hay varios tipos de amistad, pero solo una a la que deberías aspirar

Una de las alegrías de la vida, y forma de vivir bien, son las relaciones que tenemos a lo largo de su vida.
En la pobreza, como también en otras desgracias, las personas creen que sus amigos son sus únicos refugios. Y la amistad es una ayuda para los jóvenes, para salvarlos de sus errores, tal como lo es para los ancianos, que saben el cuidado que necesitan y su capacidad de acción reducida que proviene de su debilidad; también es una ayuda para aquellos que realizan acciones nobles, ya que "dos trabajando juntos" son más capaces de pensar y actuar.
También identificó que existen tres tipos de amistades y una de ellas es a la que todos deberíamos aspirar.
Los tres tipos de amistades

Según Aristóteles existen dos tipos de amistades accidentales: los que surgen por la utilidad y los que lo hacen por el placer.
La primera es la amistad que surge porque las dos partes ganan algo de esa relación. No son permanentes ni nacen del afecto, pero no por eso son malas, simplemente son relaciones como las de compañeros de trabajo o socios en un negocio. Aristóteles observó que esto es más común entre personas adultas.
Por otro lado, el segundo tipo de amistad es similar a esta, en el sentido de que es efímera, pero se basa en algo que los dos amigos hacen por placer, como un deporte. Esta es más común entre personas jóvenes, es el tipo que vemos entre amigos de la universidad que salen a fiestas o juegan en los mismos equipos deportivos. Una vez que los intereses cambian, esa amistad puede terminarse.
Estos tipos de amistad no tienen nada de malo en sí y la mayoría de nosotros hemos tenido una relación así. Tener amistades accidentales puede alegrarnos la vida por un tiempo, pero este tipo de relaciones son, para él, demasiado superficiales para ser significativas. Por eso es que él habla de un tercer tipo de amistad, aquel al que todos deberíamos aspirar.
La amistad perfecta

Por último, Aristóteles menciona un tercer tipo de amistad, la más deseable de todas: una basada en la apreciación de los valores del otro. A diferencia de las dos primeras, este tipo de amistad puede durar toda la vida, pero toma mucho más trabajo y es más difícil de encontrar que simplemente practicar el mismo deporte.
En vez de ganar algo del otro o compartir algo que les guste, estas personas quieren estar en la vida del otro porque aprecian las cualidades de su persona. Las personas que no tienen empatía no tienden a desarrollar este tipo de relaciones porque implica conectarse con el otro a un nivel emocional más profundo, apoyarlo cuando las cosas van mal y crecer juntos.
Es el simple hecho de apreciar la compañía del otro, sin esperar nada a cambio. Estas relaciones necesitan de tiempo y trabajo, como cualquier cosa que valga la pena, pero cuando florecen se convierten en una de las fuentes de alegría más grande de la vida.
Eso no significa que las otras amistades no tengan valor, pero una amistad profunda y duradera puede ayudarte a superar cualquier obstáculo que la vida te ponga adelante. ¿Estás de acuerdo?








