Pasa el tiempo, la relación se consolida pero la propuesta de boda se pospone. Al final comienzas a preocuparte porque los miedos y las dudas acerca de los posibles motivos que él tiene para retrasar el compromiso no te quedan del todo claros o peor aún, ¡ni siquiera los conoces!
Él te quiere, pero no te ha propuesto matrimonio por estas 4 razones

Te contamos algunas de las probables causas de su demora…
Motivos por los que él no te propone matrimonio
#1 Sus miedos y pesimismo
No te lo ha dicho, pero en realidad prácticamente no hace falta que lo haga. En más de una ocasión te ha comentado que su mejor amigo, un conocido o un familiar se han separado, y que según las estadísticas tanto por ciento de parejas se divorcian, y que al día de hoy los matrimonios no funcionan... y que es por eso que cree que no tiene sentido pensar en casarse porque a todos les pasa lo mismo.
Con todos estos argumentos, ¿de verdad esperas que algún día te pida matrimonio?
#2 Don perfecto a medias
Se trata del hombre que dice no querer casarse hasta tenerlo todo; por ejemplo su coche, dinero ahorrado, su casa comprada o al menos haberla empezado a pagar, un trabajo estable, la edad correcta… En fin, quiere tenerlo todo. Pero según tú, varias de esas metas ya están alcanzadas, sin embargo para él siempre falta algo.

#3 No cree en los papeles
Es un argumento muy válido para muchos hombres que suelen decir “Nosotros no necesitamos un papel que certifique nuestro amor”, y frente a esa frase ¿qué puedes decir?
Es evidente que no quiere tener nada legal que lo ate por si acaso las cosas no funcionan; sin embargo, si eres de las que ha soñado toda su vida con casarse de blanco entrando a una iglesia, su actitud podría romperte el corazón.
#4 Piensa que renunciará a su libertad
Hay mucho de mito en lo que al casamiento se refiere. Parece que fuera el fin de la libertad, de las reuniones con amigos, de los días de aventura… no tiene porqué ser así y menos si no se tiene hijos pronto. ¡Qué mejor que disfrutar en pareja y con quién amamos!
Por otra parte, no es necesario dejar a los amigos de lado ni tomarse la vida tan enserio, solo porque se ha firmado un papel y se convive bajo el mismo techo. Es increíble como hay cosas que se llevan a un punto en el que de alguna forma se convierten en una especie de obligación. ¡No es así!






