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Antes de preguntarle a una pareja por qué no tiene hijos, primero tienes que leer esto

Los millennials somos un tanto reticentes al "modelo" de casarse joven y tener hijos a los veinte y poco. Pero hay quienes desean sinceramente ser madres o padres y priorizan ese deseo ante otros.

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Debemos respetar ambas posturas, cada uno hace de su vida lo que quiere, y por eso, antes de apresurarnos a preguntarle a nuestros amigos "para cuándo el hijo" tendríamos que pensar. ¿Acaso tú gritarías a los cuatro vientos que eres infértil?

En ocasiones, la vida puede ser muy paradójica, y en lo que respecta al hecho de tener hijos, aún más. Parejas que, sin buscarlo, se convierten en padres de la noche a la mañana mientras otras personas empeñadas en intentarlo constantemente apenas pueden obtener resultados, convirtiéndose en un sueño frustrado, amargo. Todo ello sin incluir estas 5 maneras en que la infertilidad afecta a una relación

1. Vergüenza

En Estados Unidos existen 6.7 millones de mujeres, de entre 15 y 44 años, con problemas para concebir hijos. Sin embargo, todas ellas han llegado a pensar, en algún momento, que no le sucedía a nadie más.

Esta situación no solo produce miedo e inseguridad, sino también vergüenza por el hecho de no poder sucumbir a lo que el mundo espera de las mujeres. De hecho, muchas parejas han llegado al punto de mentir cuando la mujer finalmente se ha quedado embarazada mediante fecundación in vitro, asegurando que el bebé ha sido concebido de forma natural. 

Imagen iStock

2. Problemas económicos

Algunos seguros privados cubren tratamientos de reproducción asistida aplicando diferentes descuentos sobre el precio final. Sin embargo, y a pesar de que ciertos tratamientos como la inseminación artificial sean más económicos, un tratamiento de fecundación in vitro nunca costará menos de 4 mil euros, y claro, ante semejante cantidad de dinero no es de extrañar que el componente económico se vea debilitado y, con él, también la pareja. 

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3. Mayor incompatibilidad 

En la pareja, especialmente cuando se presenta la situación de la infertilidad, la mujer suele cargar con todo el componente emocional del problema. El hombre, inconscientemente, cree que su aporte es principalmente económico y suele refugiarse en el trabajo como una forma de evadirse de un problema que ambos enfrentan de formas diferentes. Un objetivo común para dos perspectivas diferentes que se convierte en motivo de represión constante. 

Imagen Thinkstock

4. Sexo insatisfactorio

Cuando las parejas tienen sexo lo hacen por diversión, por placer. El problema llega cuando tratan de mantener relaciones sexuales como una forma de concebir una vez y otra, sacrificando la intención inicial por otra más opresiva, obligada y, en el caso de intentarlo sin éxito, frustrante. Si, por el contrario, consiguen superarlo, posiblemente este mal trago los haga estar aún más unidos. 

5. Parejas separadas

A partir de la infertilidad comienzan a plantearse inseguridad y frustraciones diferentes en cada uno de los miembros de la pareja. La culpa, la necesidad de concebir sea como sea, los problemas económicos o el mal sexo destruyen una pareja cuya insatisfacción para suplir ese próximo paso se traduce en un mar de dudas que no siempre termina con final feliz. 

Los que todavía no queremos tener hijos pero sí sobrinos o ahijados, antes de ser insistentes con la pregunta "cómo va la búsqueda", tendríamos que pensar: ¿estará todo bien en la pareja? Si realmente queremos a nuestros amigos no debiéramos presionarlos.

La infertilidad afecta a una relación de manera sutil y se convierte en un drama silencioso, que consume a todo aquel que se ve expuesto.