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Qué hacer si tu hijo tiene 20 años y no quiere trabajar

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Esta es una situación que viven muchas familias con hijos que ya pueden insertarse en el mercado laboral pero que por algún motivo no lo hacen, y en el peor de los casos esto es acompañado de una actitud perezosa, con lo cual no hacen prácticamente nada ni dentro ni fuera del hogar.

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Un hijo que no quiere trabajar puede ser un problema

Si tu hijo ha adoptado la actitud de no querer trabajar, puede que sea por varias razones. Quizá ha pasado por una mala o humillante experiencia laboral y por temor a que le suceda otra vez se ha retraído. También puede ser que esté mal influenciado o consumiendo drogas.

Puede que incluso colabore con las tareas de casa y no genere ingresos económicos, algo que ocurre en muchos hogares, sin embargo la vida es otra cosa y seguro que él como cualquier otra persona necesita dinero para sus gastos personales, por lo que de algún modo tendrá que hacer algo para obtenerlo.

Ya sabes de lo que hablo, algunas de sus necesidades (más allá de que las compartas o no) pueden ser:

  • Cortes de pelo
  • Ropa
  • Dinero para gasolina
  • Un vehículo y el mantenimiento del mismo
  • Servicios médicos
  • Comida, cigarrillos, maquillaje, teléfono móvil, servicio de Internet, etcétera.

Otro de los motivos por los que tu hijo no desea trabajar, es que se siente cómodo tal y como está. Utiliza el chantaje emocional cada vez que le haces la mínima sugerencia de salir a buscar trabajo, te hace sentir culpable porque sabe que terminarás por ceder, continuando así la situación.

Ver más: A qué edad los hijos deben salir a trabajar fuera de casa

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Qué hacer con un hijo perezoso

Sea cual sea el motivo por el que tu hijo no trabaja cuando ya tiene la edad para hacerlo, hay algo que es común a todos y se trata del factor comodidad. Ellos saben que hay una fuente a la que recurrir que no los dejará desamparados y aunque sea con lo mínimo vivirán y no tendrán necesidad de salir día a día a trabajar.

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Lo primero que debes evaluar son tus propios límites; es decir ¿cuánto tiempo más estás dispuesta a tolerar la situación? ¿Realmente te consta que tu hijo busca trabajo cada día? o ¿todavía no lo has comprobado? ¿Crees que él realmente desea asumir la responsabilidad de su propia vida? ¿Pone de su parte cuando hablan del tema o se llena de ira, se enoja y acaban discutiendo? Dependiendo de las respuestas a las preguntas, reflexiona al respeto para entender mejor las circunstancias y hacer los cambios necesarios por tu parte.

Si tu hijo es sano entonces puede trabajar. Si de alguna forma él te toca la fibra sensible haciendo que caigas en el error de tenerle pena y no empujarlo al cambio, no te estás haciendo ningún favor, pero tampoco se lo haces a él ya que estás creyendo que tu hijo es incapaz.

No puedes negarle un plato de comida ni un techo bajo el que dormir, pero el resto de los gastos que necesite cubrir y no son esenciales para su vida tienen que ser recortados por tu parte; deja de sustentarlos. Si tú haces que su vida sea incómoda él no tendrá opción y cambiará.

Ver más: Cómo ayudar a nuestros hijos con su primer empleo

No hay nada de malo en que tu hijo tenga la edad que tenga comparta el techo contigo, pero él tiene que contribuir con el gasto económico que ocasiona, debe asumir responsabilidades y si esto no ocurre el fallo es de quienes permiten que así sea. Si tu hijo tiene más de 20 años y no quiere trabajar es el momento de poner límites estrictos.