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¿Qué hacer si mi hijo quiere abandonar la religión?

La adolescencia es una época de cambios, es por eso que como padre o madre debes mantener una actitud abierta y sobre todo de comunicación y respeto ante las decisiones que de ahora en adelante comenzará a tomar tu hijo. Algo que puede llegar a desconcertarte es la negativa de tu hijo para asistir a los servicios religiosos.

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Los adolescentes parecen estar peleados con el mundo, eso incluye la religión. En esta etapa de sus vidas se dan cuenta de que pueden empezar a tomar decisiones y quieren reafirmar su independencia como personas con libertad de pensamiento. Los adolescentes comienzan a cuestionarse muchos hábitos, tradiciones y creencias que su familia les inculcó porque comienzan a proyectarse hacia el futuro y quieren decidir ahora -aunque parezca apresurado- qué quieren para sus vidas.

Lo más importante es el amor familiar

Si tu hijo tomó la decisión de abandonar la religión que profesa la familia, debes remarcarle que, independientemente de su deseo de no asistir más a la iglesia, templo o sinagoga -según sea la religión que profese- existe tu amor por él.

No puedes permitir que la religión los separé; al contrario, la espiritualidad enseña que el amor familiar es lo primero. Controla tus sentimientos y sé compresivo, no intentes hacerle cambiar de opinión ni mucho menos darle una charla de cómo la religión lo hace mejor persona o cosas por el estilo. Una de las cosas que más detestan los adolescentes es la presión de sus padres.

En lugar de obligar a tu hijo a asistir a las reuniones o eventos religiosos, deja que se quede en casa y con algunas alternativas religiosas al alcance de su mano, por ejemplo, música, libros, videos. Tal vez en la privacidad del hogar se acerque a la religión por curiosidad propia.

Imagen Thinkstock

Busca los motivos

En la mayoría de los casos de hijos que se alejaron de la religión que profesan sus padres, los adolescentes lo hicieron por diversos motivos: algunos por la flojera de levantarse temprano los fines de semana; otros porque sienten rechazo hacia alguno de los miembros de la comunidad religiosa; otros más por la burla de los amigos; y otros porque se dieron cuenta de que solo seguían en la religión porque sus padres lo hacían, pero no porque estuvieran de acuerdo con lo que se proclama.

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El que un hijo no desee asistir a la comunidad religiosa, es un tema que puede afectar a toda la familia. Procura fomentar la unión familiar y no discutir sobre el tema, recuerda que antes que nada debe prevalecer el amor y la cordialidad de la familia -refleja con tus hechos los que aprendes-.

Ver también: Consejos para pasar un verano espiritual en familia

Recuerda que un hijo adolescente atraviesa una etapa difícil, trata de orientarlo, pero no lo obligues. No importa cuál sea la religión, lo importante es le ayudes y orientes, ten paciencia con tu adolescente.