Las amistades suponen para a un adolescente lo más importante para él, y casi siempre influyen de forma positiva o negativa en la toma de decisiones, dependiendo de cómo sea el círculo de amigos que frecuente.
Qué hacer si mi hijo frecuenta malas compañías
La adolescencia es una etapa de grandes cambios hormonales, físicos y emocionales, en la que los niños pasan a ser jóvenes, conformando su personalidad y su identidad propia. Por este motivo, el grupo de amistades de un pre-adolescente y adolescente marca la socialización del niño para su edad adulta, por lo que es algo delicado y a tener muy en cuenta si las amistades que tiene no son las adecuadas.
Es posible que mientras leas estas líneas pienses en la situación que estás viviendo actualmente en casa con tus hijos, o que quizá puedas vivir en algún tiempo no muy lejano. Si es así, no te preocupes porque en este artículo voy a aconsejarte ante estas situaciones.

La influencia de las amistades
Las amistades del chico y la chica adolescente influyen, tanto de forma positiva como negativa, en los estudios, en su rendimiento, en su valoración, en su comportamiento, en los hábitos diarios, en las actividades en las que emplea su tiempo libre, en la relación con los padres, hermanos y familiares... y en muchos otros aspectos de su vida.
Lo primero que debes tener en cuenta es no ponerte a la defensiva ni en contra de las amistades de tu hijo porque así no lograrás que deje de ir con malas compañías, y en su deseo de marcar su autoridad seguirá frecuentándolas y acercándose más a ellas.
Enfrentarte a tu hijo o castigarlo para que no vea a sus amigos no es la solución. Pero entonces, ¿qué es lo mejor que se puede hacer? A continuación te doy algunas indicaciones:
- No te entrometas en sus amistades.
- Habla con él en cuanto a tus inquietudes, pero nunca le prohíbas que se relacione con sus amigos.
- No personalices ni nombres a sus amigos cuando hables con él, solo habla de compañías o influencias negativas para él.
- Intenta potenciar otras amistades para desviarlo de las malas compañías sin que se sienta presionado y respetando sus decisiones.
- Ayuda a tu hijo a tomar la decisión más correcta.
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El que tu hijo frecuente malas compañías no significa que mantendrá amistad con ellas por siempre. Sin embargo, no dejes de aconsejarlo por pensar que él mismo se dará cuenta de que los valores que su grupo de amigos tiene no son los mismos que los suyos.









