¿Sabías que muchos niños se inician en los juegos de azar a la edad de 9 años? Así es, esta realidad se vive en países como Canadá, y aunque tú y tu familia vivan a miles de kilómetros de distancia de ese país, tus hijos no están ajenos a poder participar en los juegos de azar.
Los juegos de azar y los adolescentes: lo que los padres deben saber

La simple curiosidad puede llevar a un adolescente a participar en un juego de azar y, si la suerte o el deseo de volver a intentarlo lo acompañan, el caso puede tomar dimensiones perjudiciales tanto para el menor como para su familia. No siempre es así, pero casos de ejemplo no faltan. Queremos advertirte, no te pierdas lo que sigue a continuación.
Qué son los juegos de azar
Un juego de azar es toda actividad lúdica en la que los participantes deben apostar algo (generalmente dinero) para salir beneficiados en caso de que el azar los haga ganar. Hoy en día hay distintos y conocidos juegos de azar, tales como:
- Tarjetas rasca y gana
- Loterías
- Juegos online
- Juegos de cartas (póquer o el blackjack)
- Juegos de dados
- Bingo
- Apuestas en loterías deportivas
- Máquinas tragamonedas
Son muchos los países que tienen sus propias leyes con respecto a los juegos de azar, y la mayoría coincide en la norma de que los menores de 18 años de edad no están autorizados a participar. Pese a ello, la mayoría de los adolescentes (en su mayoría varones) han jugado al menos una vez en sus vidas a un juego de azar.
Muchas veces el juego se inicia en el núcleo familiar, en donde los niños juegan a juegos de mesa como el bingo, ruleta y similares. Si bien están dentro de un entorno seguro, esas son formas de que conozcan en primera persona de qué se trata. Pero muchas veces el juego en el hogar puede extenderse a otros ámbitos de la vida de un adolescente, por eso es necesario conocer ciertas señales de cuando un adolescente tiene problemas relacionados al juego.

Señales de que tu hijo participa en juegos de azar
Si tu hijo participa en juegos de azar podrás notar en él que, físicamente hablando, tiene dificultad para concentrarse, problemas para dormir y está más cansado que de costumbre. Anímicamente, puede sufrir de depresión, ansiedad y estar inestable en sus emociones. En lo que se refiere a las relaciones puede que tenga conflictos con amigos, y en cuanto al ámbito escolar es posible que se ausente de clase y tenga malas calificaciones.
El caso se agrava cuando comienzan a faltar objetos o dinero en casa, o tu hijo pide dinero prestado de forma frecuente y gasta sumas de dinero considerables sin que sepas para qué.
Junto con su participación en los juegos de azar es posible que comience a consumir sustancias adictivas tales como drogas o alcohol. Esto no quiere decir que cualquier adolescente o adulto que participe en juegos de azar necesariamente desarrollará problemas de adicción (se puede tener problemas de adicción pero no con el juego y viceversa), pero tienes que estar atenta.

Qué hacer si tu hijo tiene problemas con los juegos de azar
En primer lugar es recomendable que supervises a tu hijo y te mantengas informada con respecto a los sitios que asiste, con quién acude y para qué sale de casa.
Habla con tu hijo y ofrécele tu ayuda, intenta acercarte de forma abierta sin juzgar ni amenazar para permitirle que se exprese sin miedo.
Coméntale acerca de las consecuencias que puede tener si sigue jugando, quizá no tenga conocimiento de que el juego puede transformarse en adicción.
Elimina cualquier actividad lúdica en el hogar que esté relacionada con juegos de azar.
No dudes en buscar ayuda si crees que tu hijo se encuentra en una situación de la que le es difícil salir por sus propios medios.








