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La habitación del adolescente

En la adolescencia se producen grandes cambios en quien era tu hijo pequeño. Está pasando de su niñez a la vida adulta. En esta etapa se producen los cambios más importantes en una persona, tanto físicos, como emocionales. Y tu hijo adolescente te necesita más que nunca, aunque no te lo muestre.

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Es importante que sepas establecer unos límites para procurar que la confianza no mengüe y tener una convivencia adecuada. Su habitación será el reflejo de su reafirmación de la identidad, y verás cómo es su personalidad sólo entrando a su habitación. Por eso debe ser su territorio, debe tener su privacidad. 

El cuarto de un adolescente

Es muy importante que tu hijo tenga su propia habitación, su lugar en el hogar, su refugio. Es su único espacio propio. En este espacio, tu hijo podrá sentirse libre, llorar, reír, estar con sus amigos, disfrutar de su recién descubierta sexualidad, etc. Y debe ser respetado al máximo por tu parte.

Respeta sus gustos

Debes respetar que tu hijo tenga la decoración que más le guste en su habitación, aunque no tenga nada que ver con el resto de la casa. Es muestra de su identidad.

No intentes establecer tus gustos en su habitación porque sólo conseguirás un rechazo hacia ti por no comprender ni respetar sus gustos. Respétale, recuerda que está en un proceso de cambio y de descubrimiento.

Respeta su intimidad

¡Ni se te ocurra entrar a su habitación sin llamar antes a la puerta! Él lo tomará como una falta de respeto. Muéstrale confianza en él llamando a la puerta, de este modo verá que confías en él y que sabes que no hace nada fuera de lugar. 

Si no quieres que tu hijo quiera tener llave en su habitación no tengas tú llave en tu habitación. De este modo le dejarás patente la confianza entre la familia. No es necesario el uso del cerrojo cuando hay confianza y respeto.

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Igual que tú, tu hijo tiene derecho a tener su intimidad, a poder tener su espacio para llorar o para reír y para tener su recién descubierta sexualidad.

Aconséjale sin obligarle 

Aconsejar a tu hijo no significa invadirle. Es importante que le transmitas de forma adecuada y sobre todo sin peleas, que es necesario mantener un orden y una limpieza en su habitación igual que en el resto de la casa.

Que respetas su espacio y que le respetas a él. Pero una forma de que él respete a los demás miembros de la casa como le gusta que lo hagan a él, es manteniendo un orden en su habitación.

Buena convivencia 

Con un hijo adolescente es imprescindible establecer unas reglas de convivencia y unos límites que se deben respetar. Pero, sobre todo, si quieres que tu hijo te respete, debes respetarle tú primero y comprenderle.

No te estoy diciendo que seas su amigo, porque no lo eres. Pero sí puedes ser un padre o madre con una relación estrecha y con un vínculo afectivo adecuado y necesario para una buena relación.

Aunque la habitación de tu hijo sea a veces una leonera, no entres sin su permiso. No le grites por no tenerla limpia, no le tires aquello que tú piensas que es innecesario porque para él puede tener un gran valor sentimental.

Lo más importante que debes recordar es: respeta su intimidad, comprende sus gustos, acompáñale en su proceso de cambio, evita peleas innecesarias y que sea él quien limpie y ordene su habitación.