Familia y Hogar
Un recién nacido salvó la vida de su madre
Al mirar a la pequeña criatura que trajo al mundo, Deborah supo que no quería morir.
Este bebé tiene tan sólo cuatro meses y ya es un héroe.
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Este pequeño héroe fue una bendición para su mamá.
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De no ser por él, su historia habría tenido un trágico final.
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Deborah Crossland tuvo un embarazo normal y tranquilo.
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Ella contrajo septicemia, una condición que acaba con la vida de más personas.
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Es tan mortífera que incluso mata más que el cáncer de mama, intestinos y próstata combinados anualmente.
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El problema de esta enfermedad es que pocas personas han escuchado de ella.
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La mujer de 34 años se encontró a hora y media de la muerte.
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Ella estaba teniendo un día tranquilo, la sepsis se agravó.
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Esta infección se expande por todo el cuerpo y pasan gérmenes patógenos a través de la sangre gracias a la condición.
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Así, el esposo de Deborah y padre del recién nacido encontró a su mujer.
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Se apresuró a subirla al auto, con el bebé sujetado en la parte de atrás del carro.
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Se dirigieron al hospital, donde Deborah entró a urgencias de inmediato.
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Los médicos entendieron que la septicemia fue causada por una infección después del nacimiento de su hijo, George.
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Se apresuraron a salvar la vida de Deborah, pues sabían que la condición se expandía rápidamente.
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Mientras tanto, el bebé descansaba cerca de ella, tierno y tranquilo.
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Deborah miró la criatura que había traído al mundo y ahí es cuando supo que no quería morir.
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Se aferró a la vida en ese mismo instante, pues quería ver a George crecer.
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Ella dice que mirar al pequeño George acostado cerca de ella mientras los médicos la intentaban salvar fue lo que la mantuvo viva.
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Poco a poco la infección bajó y la vida de Deborah dejó de peligrar.
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Lo primero que hizo cuando los médicos se lo permitieron fue dar las gracias a su pequeñito.
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Madre e hijo ahora están sanos y salvos. Tienen mucho tiempo por delante para conocerse.
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