Anneka Reay, de 28 años, dejó atrás la anorexia gracias a los dibujos que hacía.
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La joven de Leamington Spa, Warwickshire, dibujaba muchas veces a la misma mujer.
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Le tomó dos años descubrir por qué dibujaba personas tan delgadas.
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“No pude creerlo cuando finalmente me di cuenta que la mujer que dibujaba era de realmente mi reflejo”, comentó apesadumbrada.
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Anneka sobrevivía con sólo 96 calorías al día: ¡una taza de sopa!
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Pero tomó una decisión: ella quería ser conocida como ‘Anneka, la artista’, no ‘la anoréxica’.
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Después de ser llevada a una clínica donde esperaban que en cualquier momento le diera un ataque al corazón, la joven cambió.
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De inmediato fue a una clínica de desórdenes alimenticios y empezó a trabajar con grupos de terapia.
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Poco a poco, ella comenzó a comer más y llenó 30 de sus cuadernos de dibujo.
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¡Entonces, repentinamente, Anneka dejó de dibujar gente lúgubre y recibió ayuda para alojarse en una organización mientras se recuperaba de su enfermedad!
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Su vida mejoró, su peso aumentó y se volvió más saludable que nunca.
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Ahora ella regresará a la Universidad de Staffordshire para graduarse en Bellas Artes.
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Sin sus lápices jamás habría podido salir adelante. Ahora, a través del arte ayudará a otros a superar sus problemas con terapia artística.
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