Mascotas
¡No hagan enojar a la feroz mamá!
Esta mami tuvo que respirar muy hondo para no desatar su furia contra sus traviesas crías.
Así de increíble luce una familia de linces cuando son protegidos.
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Los pequeñines juegan sin temor, eso lo hemos podido ver en zoológicos
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Los hermanos mayores se relajan en ramas, observando y aprendiendo a cazar
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Y la mamá protege a sus crías de cualquier posible ataque o cazador.
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¿Pero qué pasa cuando están en su hábitat? ¡Son igual de juguetones!
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Por ejemplo, esta mamá empezó a perder la paciencia cuando sus feroces hijos no paraban de jugar.
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Los tres pequeños son muy juguetones y su energía es inagotable.
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Mamá-lince tiene que poner más atención en los dos mayores, quienes ya se alejan demasiado cuando están jugando.
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Sin embargo, el más pequeño quiere un poco de atención y hace de todo para obtenerla.
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¡Eso incluye subirse en la cabeza de mamá!
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Y si no le pone atención mientras está sobre ella, tal vez sí le preste tiempo si se coloca bajo su boca.
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Casi podemos ver al minino pensar “¡mami, mami, hazme caso!”.
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Y así lo hizo ella, pues esta feroz madre tiene tiempo para cuidar a todos.
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Además, ¿quién va a querer enfrentarse a uno de los ‘gatos’ más rápidos del mundo?
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Por eso incluso los pequeños saben cuándo dejar descansar a su mami, y buscan entretenimiento con otra cosa.
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Ella ya se ve un poco exhausta después de pasar el día con su trío de traviesas crías.
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Ahora sólo espera a que llegue el momento en que papá-lince tome la batuta y sea su turno de encargarse de los pequeñines.
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"¡Que ya llegue su padre!", piensa ella.
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