Romeo es un oso tímido y solitario que prefería alejarse del resto de su especie.
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A él no le gusta el conflicto y pelear por comida; por eso se apartó del resto. Durante muchas noches él comía y se relajaba al estar solo.
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Entonces, sin esperarlo, una noche apareció una loba que también quería evitar conflicto con su manada.
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Juliet, la loba, sintió curiosidad por el chistoso oso sentado a la luz de la luna, pero no se acercó. La loba estaba preparada para huir si su presencia no era grata para el oso.
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Una noche finalmente se acercó ella hacia el oso y el tímido mamífero agarró valor para comer a su lado.
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Así continuó su amistad noche tras noche.
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Romeo aparecía entre los árboles para alimentarse y no mucho tiempo después la figura de Juliet se entreveía en el bosque.
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Uno y otro se sentían atraídos al ver lo solitarios que eran, pero la distancia que mantenía uno del otro eran escasos 30 centímetros.
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Pero como en la historia de Romeo y Juliet, su amor-amistad duró poco.
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Sólo una semana compartieron el espacio juntos, después, cada uno tomó su propio camino.
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Él es el fotógrafo que capturó las imágenes de los enamorados imposibles.
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Romeo continuó su solitario y nostálgico camino, mientras Juliet regresó con su manada.