El 24 de noviembre se cumplieron 25 años desde que una de las leyendas más importantes de la música nos abandonó, su voz sin igual se apagó y solo nos quedó su recuerdo. Sin embargo, debemos celebrar que este fantástico rey de la música nos dejó grandes enseñanzas.
25 años sin Freddie Mercury: una historia de lucha y aceptación

Freddie Mercury no fue solo un grandioso artista, sino un gran hombre que luchó contra los prejuicios en un mundo machista y segregador.
Luego de 25 años sin su presencia, podemos ver que su lucha por la sexualidad, la identidad y el cuidado de la salud SÍ valió la pena.
El clóset, el lugar más oscuro para el rey
Mercury siempre lo supo, su atracción por el mismo sexo estaba con él desde su nacimiento, pero el estigma social lo presionaba a llamar “amor de su vida” a Mary Austin. Ella, cuando su pareja le dijo que era bisexual, le contestó: “No Freddie, eres gay”. Esas palabras resonaron en la mente del joven artista, se adueñaron de sus desvelos y -sin lugar a duda- de las letras de sus canciones.
¿Pero... por qué si sabía que era gay continuaba con Mary? ¿La fuerza de los estereotipos? ¿El estigma social? O puede haber sido la propia homofobia que padecía Freddie Mercury, que no lo dejaba asumir su realidad.
En el mundo machista en el que vivió el artista no se concebía a la bisexualidad como algo posible: todo aquel que estuviese con un hombre era gay aunque también le gustaran las mujeres. Es por esto que Mercury nunca salió del clóset "de forma oficial".
Y digo "no oficial", porque muchos de sus fanáticos han tomado una de sus canciones como una especie de reconocimiento de su verdadera sexualidad. Se trata de Bohemian Rhapsody, el tema que deja al descubierto su depresión, su tristeza y su culpa por sentir lo que siente.
La enfermedad oculta
Freddie Mercury ocultó su enfermedad hasta el día antes de su muerte. El VIH era -para muchos- la confirmación de su homosexualidad, ya que en ese entonces se entendía que solamente se contraía en relaciones homosexuales; era, en otras palabras, la enfermedad de los gays. Ese peso cargó a Freddie desde 1987 hasta un día antes de su muerte cuando decidió contarle al mundo sobre su enfermedad.
Los rumores sobre su enfermedad no paraban de crecer y él decidió salir públicamente el 23 de Noviembre de 1991:
“He procurado mantener oculta esta situación para proteger mi vida privada y la de quienes me rodean, pero ha llegado el momento de que mis amigos y fans de todo el mundo conozcan la verdad, y espero que todos se unan a mí, a mis médicos y a todos cuantos lucha por combatir esta terrible enfermedad, para luchar contra ella”.
El líder del grupo Queen había visto morir a sus amantes por la “enfermedad maldita” y a muchos de sus amigos. Así que cuando fue diagnosticado, convirtió su casa en un hospital, siguió su carrera desde allí e intentó hacer todo lo posible para vencerla.
Su enfermedad, lejos de alejarlo de su perfección como artista, reafirmó sus raíces y su profesionalismo; y desconcertó a toda su audiencia que ya daba esa lucha por perdida. Freddie estaba paradójicamente más vivo que nunca y su tenacidad envidiable hizo que su lucha contra el SIDA durara casi 5 años.
Estos 5 años fueron claves para entender quién era él en realidad y qué quería transmitir al mundo. Lo que debió atravesar estos últimos años de vida hizo que antes de morir decidiera dejar un legado tan valioso como su música: donó toda su fortuna a una fundación para la lucha contra el SIDA.
Inspirador de multitudes
El triste final de Freddie Mecury parece desalentador, sin embargo, fue él quién abrió la primera línea de aceptación homosexual para el mundo.
Su personalidad y todos sus logros nos han ayudado a entender que no importa quiénes debemos ser, sino quiénes QUEREMOS ser. Porque más tarde o más temprano, las fachadas se caen y quedamos expuestos. Por eso, no hay nada mejor que dar el primer paso y aceptarnos para poder gritarle al mundo quiénes somos.
¡Somos campeones, somos únicos y somos reales! Gracias, Freddie: tu lucha fue para nosotros un gran paso en la lucha hacia la igualdad y el respeto...
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