Hay un grupo de hortalizas muy consumido en Argentina y en muchas partes del mundo, conocido como cucurbitáceas. Botánicamente hablando, este es el nombre de una familia de plantas, que abarca más de 700 especies, como los pepinos, los zapallos, los melones y las sandías.
Lo que tenés que saber para cultivar cucurbitáceas

Cada una de ellas tiene sus características particulares, y por agruparse en la misma familia, también tienen características comunes. A su vez, todas ellos tienen algunos requisitos diferentes a la hora de cultivarlas, pero también tienen otros que son comunes a todos, o que son válidos para muchas de ellas.
Hoy en Huerta en casa, veremos algunas de estas similitudes y diferencias.

Especificaciones botánicas
La forma de la hoja -parcialmente dividida y áspera al tacto- se repite en todas las cucurbitáceas, aunque su tamaño varía de unas a otras. A su vez, el tipo de semilla y la forma en que se encuentran dentro del fruto es similar para todas. Es decir, que si bien los frutos tienen aspectos diferentes (porque no es igual un zapallito redondo que un pepino o una sandía) si los partimos a la mitad transversalmente, veremos que su distribución interna es similar.

Generalidades para cultivarlas
La mayoría de ellas larga ramificaciones hérbáceas muy largas que se extienden por el suelo. Una excepción a esta generalidad es el zapallito redondo, cuya planta tiene la forma de un pequeño arbusto. Pero estas largas ramificaciones nos dan muchas posiblilidades a la hora de armar nuestra huerta. Una de ellas la vimos en el artículo anterior, donde hablábamos de las opciones estéticas, para cubrir el compost, y esa alternativa la podemos usar para otros objetos del jardín que queramos cubrir.
A su vez, también podemos enredar sus ramas en un cerco o incluso armar como parras, donde los frutos quedarán colgando. Esta última opción, muy atractiva y funcional desde mi punto de vista, te la recomiendo para las plantas de frutos mas pequeños, debido al peso que generan. Además, el hecho de tener los frutos colgando (o por lo menos que no estén en contacto directo con el suelo) favorece su desarrollo al evitar un exceso de humedad en el sector que quedaría apoyado, lo que podría provocar su pudrición.
Otro aspecto común a todas estas plantas es la época en que podemos cultivarlas, y las condiciones climáticas que requieren. Teniendo en cuenta que son plantas de origen tropical, crecen mucho mejor durante la primavera y el verano. Y aunque son plantas que han demostrado tener una gran capacidad de adaptación a climas templados e incluso fríos, requieren de mucha humedad. Largos períodos de sequía provocarán el aborto espontáneo de los frutos, y esto desemboca en una escasa producción. A su vez, necesitan largos períodos de exposición al sol.
Hasta aquí, te he contado algunas generalidades de las cucurbitáceas, en otros artículos veremos cada especie en particular. Y como ya llega mayo, en el próximo artículo hablaremos de los cuidados de la huerta en ese mes. ¡No te lo pierdas!
Soy una apasionada de la estética y la belleza. Transmitir lo que he aprendido es otra de mis pasiones. Te invito a ser parte del mundo de los que amamos la naturaleza siguiendo mi columna: Huerta en casa.
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