Introducir un nuevo gato o perro a casa cuando ya tienes una mascota no es una tarea fácil. Quizás tengas la suerte de que todo salga bien la primera vez que los juntas, ¡pero no siempre sucede! Si te preocupas cómo reaccionará tu gato ante la llegada de un perro a casa, o viceversa, no dejes de leer este post.
Así es como logras integrar un perro y un gato en el mismo hogar


La llegada de un gato a una casa con perro

Antes de adoptar a un gato deberás trabajar en las habilidades de obediencia de tu perro. Dos comportamientos esenciales que tendrá que manejar son: venir cuando lo llamas y “deja eso”, lo cual te asegurará que si tu perro se sobre excita alrededor del gatito y lo asusta, podrás hacerlo venir a tu lado y dejarlo en paz.
En un primer momento, tendrás que dejar al gato en una habitación con su alimento, agua y caja de arena, tal cual lo aprendiste en ¿Cómo traer un nuevo gato a casa? pues a los mininos les cuesta entrar en confianza con un nuevo hogar.
Mantén al perro alejado del cuarto hasta que el gato esté más tranquilo. El próximo paso será abrir la puerta y colocar una puerta de niños, en la que ambas mascotas podrán verse. Ten preparados algunos deliciosos bocadillos para premiar buenos comportamientos, así ambos entenderán que cuando están juntos y se portan bien tienen premio.
Deja a las mascotas separadas por la puerta para niños durante algunos días y cuando veas que hay avances amistosos, prosigue. Coloca la correa al perro y entren en la habitación del gato, al cual no forzarás a nada y permitirás que huya o se acerque. Hazlo varias veces hasta que veas que puedes soltar al perro. Nunca los dejes solos en los primeros meses en la misma habitación.
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La llegada de un perro a la casa de un gato
Tal vez el perro nunca ha visto un gato, y tu minino tampoco conoce a ningún perro, por lo que la reunión puede resultar un desastre. La puerta para niños o bebés será también una gran opción para la introducción.
El perro en este caso deberá estar en una habitación a la cual tu gato no visite tanto. El minino mientras tanto podrá mirarlo desde su lugar seguro y se acercará cuando quiera.
Para ayudar a que se conozcan, entra en la habitación del perro con deliciosos bocados. Como tu tampoco lo conoces tanto, es un gran momento para comenzar a enseñarle obediencia.
Siéntate cerca de la puerta para niños y llama a tu gato arrojándole un bocadillo cerca de la puerta, para que se acerque. Mientras tanto, trata de que el perro se siente y permanezca tranquilo a tu lado, premiándolo con bocadillos.
Así, al igual que en el caso anterior, relacionarán la comida con su nuevo amigo y buenos comportamientos.
No fuerces nada y no sueltes al perro en seguida. Repite la acción varias veces al día durante algunas jornadas y luego prepárate para abrir la puerta, siempre con tu perro con correa.
Juntar a un perro y gato que no se conocen sin ningún plan es la receta del desastre. La primer impresión es la que cuenta, por lo que el encuentro inicial debe ser relajado, sin tensiones, ni ansiedad. ¡Así todo saldrá bien!




