¿A quién le gusta tener enemigos? Por supuesto, ¡a nadie! Sin embargo, llevarse bien con todos, especialmente CON TODAS, puede resultar una utopía casi inalcanzable. Y una termina preguntándose, ¿Soy yo o es ella? ¿hay algo en mí que no permite que nos llevemos bien? ¿Por qué no podemos convivir en paz con ciertas mujeres?
3 reglas básicas para una buena convivencia entre mujeres

Aquí reflexiono sobre estos interrogantes y dejo algunas reglas básicas para tolerarse y respetarse, aplicables a colaboradoras, compañeras del trabajo y de la escuela, hermanas, otras mujeres de la familia y de nuestro entorno en general.
Detectar qué es lo que ofende a las demás
En ciertas ocasiones una nota que las demás están molestas. Y en ese caso pueden suceder dos cosas: una quizá esté haciendo algo que las ofende y no le importa, o quizás una las esté ofendiendo y no se ha dado cuenta. Por eso, detectar qué es lo que más ofende a las demás mujeres es un principio esencial para suavizar la convivencia. Todos cometemos errores, de organización, de juicio, de palabras...
Un ejemplo: quizá seas algo extrovertida y tu sinceridad, tu chispa, tu energía y tu humor vibrante no llenen las necesidades emocionales de las otras, a saber: no sentirse amenazadas, recibir también una cuota de atención y conservar un mínimo sentido del control de las situaciones que atraviesan juntas.
Lo mejor es conversarlo. Pedir disculpas (aunque una en el fondo piense que no es realmente culpable) es una de las mejores formas de derribar barreras.

Respetar siempre a la otra mujer
Este principio del respeto, obviamente, incluye también a los hombres y por eso también rige las relaciones con ellos. Porque el respeto se trata de aceptar al OTRO SER HUMANO, con diferencias y locuras, con errores y aciertos. La palabra respeto realmente resume el mayor principio de las relaciones interpersonales.
Aceptar que ciertas personas no están bien emocionalmente
Simplemente son personas difíciles de tratar, se creen superiores a los demás y tienden a juzgar. Luego de un tiempo de tratar de acercarse a ese tipo de mujeres y si no cambian su opinión acerca de nosotras y de nuestra buena intención de ser amigas, no habrá nada por hacer. Lo mejor es llevarse bien aunque sea a la distancia, y seguir nuestro rumbo tratándonos con quien nos acepte y nos valore.
Ten presente estas reglas para convivir en armonía con tu compañera de apartamento.
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