Venom: el mítico personaje surgió por un capricho de Todd McFarlane y hoy se lo agradecemos

Venom y los simbiontes son sin dudas una de las mejores facetas del universo de Spider-Man. En gran parte, eso se lo debemos Todd McFarlane, el artista gráfico que delineó al personaje. Sin embargo, lo que pocas personas saben es que, en realidad, Venom surgió por un capricho personal del dibujante.

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Tal como lo contó el mismísimo Todd en su cuenta de Instagram, la g énesis de Venom se remonta al odio que el dibujante sentía por el traje negro que Spidey utilizaba en aquel momento.

Desde Secret Wars #8 (1984), Peter Parker utilizaba un traje negro debido a la presencia de un parásito alienígena —la mítica de los simbiontes todavía no existía—. El afortunado problema con el traje surgió cuando McFarlane asumió el control artístico de la serie The Amazing Spider-Man. El dibujante quería regresar al traje original y para eso se debía encontrar una solución narrativa.

Para salir del paso, decidieron introducir a Eddie Brock y crear a Venom, aunque nunca supieron —ni planearon— que el personaje se hiciera tan popular como lo hizo:

«¡Esta es la página que CREÓ a Venom! Si no me hubiera gustado tanto el traje original de Spider-Man, Venom nunca habría existido. Esta es la razón… Cuando tomé el control artístico de Amazing Spider-Man quise dibujar a Spidey en su traje clásico rojo y azul… pero él estaba usando un traje negro en ese entonces. Marvel me dijo que traería de regreso el traje clásico en el número 300 si yo me unía a la serie (lo cual hice en el número 298). El problema era… ¿qué hacer con el traje negro?. Entonces se me ocurrió la idea de la apariencia de alien monstruoso y tuvimos un nuevo villano que ninguno de nosotros sabía que convertiría en un personaje tan importante para Marvel.»

Así que de alguna manera, Venom es fruto de un capricho, posiblemente el capricho más afortunado de la historia de los cómics. ¿Quién iba a decir que un simple parche narrativo se convertiría en algo tan popular? Sin embargo, los giros de la vida son impredecibles y Venom lo demuestra.

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