Es muy curioso que con la magia del cine y la televisión, muchos géneros hayan alcanzado una propulsión exponencial. Uno de ellos es el de superhéroes. Posiblemente sea un género adorado por diversas edades y con un crecimiento en fanáticos que se incrementa cada día gracias precisamente a las películas y series que año tras año se crean. Recuerdo que hace tiempo era incluso torpe pensar en llegar a una reunión y comentar que te encantaba leer a Spider-Man o a Batman en cómics.
¿Sabías que un show de televisión (de 1992) habló sobre los conflictos que los cómics viven hoy en día?


Hoy parecería que si no lo haces eres el raro. Lo más interesante es que entre más material audiovisual se crea para estos personajes, más polémica generan. Cosas como su violencia, su representación sensual de la mujer, su tono poco familiar, entre otras temáticas, son lo que constantemente va de la mano con los superhéroes. Sería imposible pensar que un programa de televisión repasó muchos de estos temas en episodios graciosos y llenos de realidades sobre la industria del cómic. Más descabellado es que sí pasó... en 1992.
Bob!
Así se llamó el programa, con el cómico Bob Newhart interpretando a Bob McKay.

Un caricaturista que 20 años atrás creó un superhéroe llamado Mad-Dog. En ese entonces se publicaron pocos ejemplares del personaje, quien era su mayor ingreso económico. Bob ahora trabaja en una compañía de tarjetas de regalo. Cuando una gran empresa llamada ACE Comics decide rescatar al superhéroe y hacer más ejemplares, Bob Mckay volverá al negocio de los cómics.
De nuevo, todo esto en un programa de televisión en los 90. ¿Notas algo parecido a la actualidad? Eso que solamente es la sinopsis del show. En el presente, muchos cómics de la Época de Oro y la Época de Plata fueron eliminados de la cultura popular. ¿Por qué? Las modernidades e innovaciones en narrativas y dibujos han dado pie a una gran modificación en el género. Ya no podemos pensar que los icónicos héroes seguirán usando la ropa interior encima de los pantalones. Ni que van a resolver conflictos como bajar a un gato de un árbol. Para nada. Hoy vemos sangre, sexo, malas palabras y bandas criminales contra superhumanos justicieros que toman las riendas de situaciones a las que la policía no puede entrar legalmente. Eso es lo que aparece en cómics, televisión (como en series de Netflix) y en películas (como la actual Deadpool).
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Episodio piloto
Bob McKay fusiona un poco a Batman, Spider-Man y los populares del momento para crear a Mad-Dog. Su historia de origen es que fue mordido por un Doberman Pinscher, el cual le da habilidades de perro. Súper-fuerza, súper-olfato y una gran velocidad. No todo es agradable para el relanzamiento del personaje cuando McKay llega a las instalaciones de ACE Comics para platicar con el joven y visionario creador de cómics, Harlan Stone. Este sujeto quiere una imagen distinta para Mad-Dog.
Su idea es revolucionar todo. Del personaje décadas atrás que contaba con una novia muy inocente y un compañero en sus aventuras a un justiciero de la noche que tiene venganza y violencia en su modo de vivir. Incluso esa misma rabia lo lleva a despedazar a su compañero y a su novia. Así le da protagonismo y un camino solitario para que pueda tener un arco evolutivo superior y atractivo a las nuevas audiencias. A todo esto, Bob opina que son disparates y no le agrada nada. El episodio, en corto, expresa que acabarán trabajando juntos. Las ideas de Harlan y las ideas de Bob se combinarán.

Lamentablemente no se explora a profundidad. Al menos no en el show, pues hubo un cómic (tangible) del superhéroe. Platicaré de él más adelante. El show sigue por la línea de que Bob y Harlan hacen las historias de Mad-Dog y todo marcha bien. Los episodios no se enfocan en la temática (de la vida real) donde nuevos personajes más oscuros y violentos entraban para quitarle prioridad a los bien posicionados pero amigables. Más bien son cosas triviales que poco tienen que ver con un superhéroe que cambia de imagen.
Los creadores del show siempre expresaron que no era sobre el mundo de los cómics. Más bien se trataba sobre cómo los cómics podían formar la base para contar historias divertidas. Por una temporada, esa fórmula sirvió muy bien. Inconscientemente se tocaban temas muy reales de la industria. Cosas que hoy son igual o hasta más importantes. Imagina: la representación de la mujer, los superhéroes llenos de violencia, las narrativas que ya no van dirigidas a niños y similares. Muy peculiar que en los 90 se vieran, al menos como comedia, temáticas que 20 años más tarde son de gran debate e interés. Para la segunda temporada, Bob regresa a la empresa de tarjetas de regalo. Todo lo de los cómics se olvida y aunque se pretendió reforzar la narrativa metiendo a Betty White, les duró solamente unos episodios hasta que se cancelara el programa.
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Mad-Dog de Marvel
Como un refuerzo al show, la compañía de cómics decide aliarse con la empresa televisiva y sacar al personje en diversos ejemplares. Lo interesante (y verdaderamente innovador para su época) era que querían mantener la línea creativa bajo la premisa del episodio piloto. Es decir, con parte del cómic siendo muy oscuro y visionario, del modo que Harlan Stone quiere, y con el otro familiar y colorido como lo quiere Bob McKay.

El resultado fue un cómic dos en uno. Por un lado había una portada muy al estilo de los dibujos de McKay en la serie. Elegantemente infantil, heróico y con temas tan amigables como ayudar a un niño con sus deberes. Del otro lado, la visión ruda y más actual del superhéroe. Una portada totalmente diferente y colores más opacos. Todo en el mismo ejemplar. Uno compraba dos historias al precio de una y solo bastaba con girar el cómic.
Marvel, sin embargo, desaprovechó al personaje. Siendo un disparo creativo con mucho que ofrecer, las historias perdieron peso por no saber sustentarse. La parte familiar y colorida de Mad-Dog contaba una trama que cualquier superhéroe podría tener. Ya era conocida. Nada novedoso. La parte oscura del cómic también era extraña. Como una versión alternativa de Wolverine, donde busca venganza de los científicos que lo torturaron al darle sus habilidades. En conclusión, Mad-Dog tuvo diversos cómics de Marvel que solamente fueron populares con quienes veían el show. Los que compraron los cómics como un simple ejemplar de un nuevo superhéroe no encontraron algo atractivo o interesante. Eran tramas conocidas y sin mucho desarrollo. Una oportunidd que no prosperó.

¿Qué opinas de este programa de los 90? Parece increíble que hace tanto tiempo que salió al aire y los temas siguen aún muy vigentes. Hoy la industria del cómic se ha revitalizado. ¿Qué viene después para los superhéroes? ¿Habrá un punto donde el género muera? En el futuro próximo no será, ya que vienen muchas series y películas al menos hasta el 2020.









