Vivimos tiempos en que las compañías de entretenimiento cuidan cada detalle en busca de no ofender a la audiencia, y aun cuando esto sucede salen inmediatamente a pedir disculpas. Existen ciertos estereotipos ofensivos sustancialmente prohibidos en la industria del entretenimiento de estos días, no así hace 20 años.
¿Políticamente incorrecto? Estos son los personajes más ofensivos en la historia del cómic

El cómic, como manifestación artística, no ha estado exento de algunos deslices racistas, machistas y homofóbicos. Sorprende inclusive descubrir que algunos de estos personajes ofensivos fueron inventados hace relativamente poco. ¿Quieres conocerlos? Pasa a la siguiente página para iniciar la galería.

#5 Snowflame
Snowflame era un villano del Universo DC que hizo tan solo una aparición en los New Guardians de 1988, y no es difícil entender el por qué. ¿Su gran habilidad?, obtener súper poderes a base de esnifar cocaína.
#4 He-She
Conozcan a He-She, uno/una de los/las supervillanos/as más ridículamente ofensivo/ofensivas que haya conocido la industria del cómic. Mitad hombre, mitad mujer, este personaje seducía a los hombres adinerados con sus encantos femeninos y los golpeaba hasta la muerte con su otra mitad masculina. Incorrecto por donde se le mire.

#3 Rawhide Kid
Del otro lado de la acera tenemos a Rawhide Kid, un intento honesto de hacer un superhéroe en clave gay friendly pero que por la torpeza de los guionistas resultó ser involuntariamente ofensivo. Basta con leer la viñeta que ilustra esta página.

#2 Hate - Monger
Nadie se aprovecho tanto del arquetipo de villano racista como Marvel. Por si Red Skull no era suficiente, la Casa de las Ideas lanzó en los 60 a Hate-Monger, una especie de spin off del KKK. Si bien al tratarse de un villano no se le podía acusar a Stan Lee de hacer propaganda racista, sí es cierto que la presentación visual era un poco... de mal gusto.

#1 El Capitán América de los 40
Ok, el Capitán América combatía a los nazis y eso está bien, nadie quiere a los nazis. Sin embargo, fuera de los Estados Unidos, el personaje de Steve Rogers siempre fue visto como una caricatura ridícula que reduce el ideal americano a barras y estrellas.








