Wolverine volvió a la vida en 2018 luego de cuatro largos años ausente de las páginas de Marvel Comics, y, aunque parezca mentira, su nueva vida ya lleva cuatro números editados.
Los nuevos poderes de Wolverine tienen un defecto y podrían matarlo (nuevamente)

Mientras trata de descubrir por qué regresó de la muerte con la habilidad de poner al rojo vivo sus garras (algo que todavía no ha sido explicado) y lucha contra la corporación Soteira, no todo es color de rosas en la vida de Logan.

Al parecer, su famoso y polémico nuevo poder tiene un efecto secundario a su organismo, uno nada beneficioso para su salud, por cierto. Según vemos en Return of Wolverine #4 Logan se encuentra cautivo en una isla de Soteira donde Persephone, su líder, practica experimentos resucitando cadáveres (un guiño importante a la propia resurrección de Logan).
Al despertar en la cama de un hospital cuidado por Ana, una misteriosa enfermera, Logan descubre poco a poco que en realidad es prisionero de Persephone y, de paso, los estudios de Ana le hacen comprender que cuando sus garras se ponen al rojo vivo, su poder de curación baja exponencialmente.

Es decir, las garras al rojo vivo son alimentadas por la energía de su factor de curación, algo que eventualmente podría llevar a Wolverine a morir nuevamente, o al menos ser bastante más vulnerable de lo que suele ser.
Esto es curiosamente similar a lo que sucedió con Superman en 2015, cuando se reveló que la visión de calor de Clark en realidad expulsaba energía de sus células, y Superman podía llevar ese poder a un nuevo nivel expulsando una llamarada solar desde su cuerpo, aunque eso lo dejaba agotado y sin poderes por un día…

Por cierto, las aventuras de Logan resucitado recién comienzan y aún falta muchísimo por ser revelado.
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