El día que murió Eduardo Palomo: cuando a 'Juan del Diablo' le traicionó su corazón salvaje

Veinte años después de alcanzar la fama a nivel internacional como protagonista de 'Corazón salvaje', Eduardo Palomo estaba dispuesto a romper la promesa que se había hecho de no hacer más telenovelas para encarnar por segunda ocasión a 'Juan del Diablo', el personaje que en el 1993 le cambió la vida.
En un reencuentro que organizó la periodista Cristina Saralegui en su programa televisivo con los protagonistas de 'Corazón Salvaje', Palomo abrazó con fuerza a Edith González, la condesa 'Mónica de Altamira' tan amada por su 'Juan del Diablo' y ambos confirmaron su deseo de formar parte de esa segunda parte de la telenovela, un proyecto en que trabajaba a todo vapor Alberto 'el Güero' Castro.
Para los amantes de las telenovelas, que durante las décadas de los 80 y 90 conocieron las distintas encarnaciones de Eduardo Palomo en cerca de 20 proyectos, la noticia no podía ser mejor, aunque para el artista representaba un serio ajuste de prioridades y sobre todo un peso enorme en su abultada agenda.
Sin embargo, amaba tanto a 'Juan del Diablo' como la gente. " Es el personaje más cercano a mi interior, él lo ha logrado, yo estoy en la búsqueda, pero es un personaje que tiene una inclinación por los valores, por la honestidad, por el respeto y la fidelidad a sus amigos, a sus seres queridos. Nos parecemos muchísimo, es increíble".
Esa secuela de 'Corazón salvaje' representaba abandonar el autoexilio a Los Ángeles, California, donde había pasado los últimos siete años junto a su inseparable esposa Carina Ricco y que le permitió disfrutar de ella y de sus dos hijos, Fiona y Luca, como lo había soñado.
Libre de drogas, alcohol, chismes...
En septiembre de 2003, durante una entrevista con la periodista Mara Patricia Castañeda para Televisa Espectáculos, Eduardo Palomo admitió que él y Carina habían decidido aislarse un tiempo para evitar las constantes tentaciones del mundo del espectáculo. "Entendimos que había que aislarse un poquito del medio -en el sentido de las fiestas y los reventones y las drogas y el alcohol y todo el rollo y el qué dirán y los chismes y todo- por qué, porque ninguno de los dos ni tuvimos esa educación ni ese interés".
Su determinación surgió luego de que pudieron deshacerse de los demonios internos que combate cada ser humano y encontraron la estabilidad en la dianética, principal disciplina de la iglesia de la Cienciología. Como artistas, perseguían dejar una huella en el mundo, dándole a la gente "cosas buenas", porque estaban conscientes, según explicó, de que el público estaba siempre observando "qué dices y cómo te comportas y qué le estás dejando a este mundo".
Con el dinero que había ganado en su carrera, que incluyó 36 obras de teatro, más de 20 proyectos en televisión, el disco 'Mover el tiempo' y 12 películas, Palomo se dio el lujo durante casi cinco años de no hacer otra cosa que no fuera disfrutar de la compañía de Carina Ricco y de sus dos hijos, Fiona y Luca. Contaba que la gente se lo encontraba en la calle y le decían 'hey Palomo, ¿dónde te metiste?' y él con gusto respondía que se había dedicado a darle la bienvenida a sus hijos a este mundo.
Se deleitó viendo a Fiona y Luca, "abrir sus ojos, comunicarse". Quiso entender "de dónde vienen, qué están haciendo aquí" como seres humanos. "Espero que me disculpe el público (por su prolongada ausencia), pero el producto fue bueno. Nos salieron bonitos", decía en broma.
Durante ese tiempo, también se mantuvo asistiendo a una que otra prueba para proyectos en Estados Unidos, como el que le permitió formar parte de la serie 'Kingpin'. Además, trabajó en la película 'El misterio del Trinidad'. Fue precisamente para promover esta última que el 17 de octubre de 2003 respondió las preguntas de la prensa durante un evento en el hotel Four Seasons de la Ciudad de México, donde enfatizó que aunque buscaba crecer en Hollywood, siempre tenía puesta su camiseta de mexicano, lo único que jugaba en otra cancha.
Esa visita también la aprovechó para afinar los detalles de la puesta en escena de la obra de su autoría 'Una pareja con ángel', que presentaría en el país y en algunas ciudades de Estados Unidos, a partir de enero de 2004.
El evento que no estaba en su agenda
Tras su paso por México, 'Lalo', como lo llamaban su mamá Julia y sus hermanos Jesús y Susana, regresó a Los Ángeles a seguir trabajando en varios proyectos, incluido el filme 'Un día sin mexicanos', de la mano del productor y director Sergio Arau, conocido como el 'Uy,uy,uy'.
Con Arau, su esposa Yareli Arizmendi y Edward James Olmos, entre otros, se encontró el 6 de noviembre de 2003 para ver una película argentina que se presentaba en el Festival de Cine Latinoamericano. Al salir, decidieron ir a cenar al restaurante argentino Lala's, que queda en la avenida Melrose, de West Hollywood.
Al grupo se les sumaron otros, en una velada que suponía plena diversión entre amigos y colegas que buscaban seguir marcando presencia en el cine estadounidense.
Entonces, ocurrió lo inesperado. La guionista Yareli Arizmendi lo describió de la siguiente forma: "Nos está contando un chiste una amiga en la mesa, (Eduardo Palomo) se ríe, hizo así como una gran carcajada y ya. Entonces Carina, su esposa, me dice, 'se quedó dormido'".
Cuando intentaron 'despertarlo', notaron que algo raro le estaba pasando. Entre todos, lo pusieron de inmediato en el suelo, llamaron a paramédicos y mientras tanto intentaban que recuperara la consciencia, utilizando incluso paños con agua fría sobre su frente. El reloj marcaba las 10:47 de la noche.
Contrario a lo que por años se ha comentado, Palomo no falleció en el momento. Yareli Arizmendi aseguró que el galán ojiverde de cuerpo atlético y 6 pies de estatura (1.82 metros) "en algún momento regresó (recuperó la consciencia) y se vio así, como (si estuviera) buscando aire".
Fueron 45 minutos de lucha intensa. A Eduardo Palomo, 'Juan del Diablo', no podía haberle fallado su corazón salvaje. No había razón lógica, pues según su esposa y sus íntimos amigos, llevaba una dieta sana, hacía ejercicios, no fumaba, no usaba drogas, no ingería alcohol en exceso. ¿Qué le pasaba?
Lo trasladaron al hospital Cedars-Sinai, a poco más de dos millas de distancia, donde a las 11:32 de la noche se informó que, a sus 41 años, había fallecido.
Sus compañeros de la iglesia de la Cienciología auxiliaron a su viuda Carina Ricco, con todas las diligencias pues la mujer quedó devastada, acechada por múltiples preguntas para las que no había una respuesta.
Cher McWilly, portavoz en aquél momento de la Oficina del Médico Forense en Los Angeles, notificó que la causa de muerte de Eduardo Palomo fue lo que se conoce como un infarto masivo de miocardio, que en palabras sencillas implicó que su corazón necesitó más oxígeno de lo que su cuerpo fue capaz de enviarle, provocando un daño irreparable.
Saber qué exactamente fue lo que le falló, si tenía una válvula dañada, una arteria tapada o cualquier otro padecimiento del que no hubiese recibido una alerta anteriormente, ya no era posible. Conocerlo, tampoco habría cambiado el hecho de que había fallecido.
El 12 de noviembre de 2003, en Los Ángeles, California, se realizó un servicio para recordarlo y siete días más tarde, sus cenizas fueron lanzadas al mar, en su natal México, luego de un servicio en el cual fue recordado. Allí, entre amigos y familiares, su viuda resumió, en una oración, el sentir de todos: " Mi vida y la de muchos de nosotros es mejor porque tú exististe, Eduardo. Te queremos un chingo (muchísimo)".
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