¿Un videojuego podría tener la cura para la tuberculosis?

Podremos argumentar a favor o en contra, pero si hay algo innegable es la habilidad que tenemos los que constantemente nos enfrentamos a los videojuegos para resolver problemas de todo tipo con (en ocasiones) limitadas herramientas.

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Con soluciones lógicas a problemas simples y hasta respuestas inverosímiles a situaciones impensadas, los videojuegos están en la mira de quienes buscan solventar problemas bastante más complejos, esta vez buscando una cura efectiva a la tuberculosis.

Sanitarium, el videojuego que podría ayudar a tratar la tuberculosis

Sanitarium es un juego con una premisa simple y una trama relativamente compleja. Algo que muchos videojuegos exitosos han mostrado a lo largo de la historia y que seguro no debería por sí mismo llamar la atención. Tampoco es novedoso que exista un título inspirado en la medicina, sea en términos más humorísticos como Dr. MarioTheme Hospital o con un enfoque más realista como el visto en el viejo Life & Death.

Lo que hace a Sanitarium diferente al resto es que el mismo es desarrollado por la  Abertay University de Dundee, Escocia. Y como podrás imaginar, existe todo un estudio científico de gran calidad detrás de esta idea. De hecho, el juego es simplemente una excusa para recibir la colaboración de la comunidad gamer, transformando la realidad en un interesante gameplay a la espera de curiosas soluciones.

Si alguna vez jugaste Pandemic, seguro conoces cómo funciona la lógica del videojuego al tomar varios factores como temperatura, relaciones internacionales y tratamientos médicos para demostrar el impacto de una enfermedad en el mundo. Y ahora la cosa es al revés, siendo que como jugadores debemos utilizar las herramientas disponibles para acabar con la enfermedad según reacciona el planeta, mientras el sistema guarda esa información para ser utilizada por los médicos.

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Si el experimento tiene los resultados esperados, seguramente surjan ideas que de otra manera nunca hubiesen llegado a los médicos; y siendo un poco realistas, tampoco es que mucha gente se hubiese interesado en investigaciones científicas cuando bien podríamos dedicarnos a jugar.

Es entonces que de manera solapada (y no tanto) los tantas veces criticados gamers son una esperanza más en el combate contra la tuberculosis, y esperemos que todo llegue a buen fin.