¡Picante! Así es como Gordon Ramsay destruye chefs amateurs en Twitter

Cocinar es un arte. Eso lo sabemos todas las personas que apreciamos comer. Así que sin dudas hay que apreciar la labor de los chefs y ser agradecidos, especialmente con los cocineros a los que no les pagamos por sus platos. Cualquiera que se tome el tiempo de transformar unos ingredientes en algo que, además de nutrirnos, nos hará felices, pues merece, al menos, las "gracias".

Eso sí, que se aprecie el trabajo no quiere decir que debamos obviar lo tremendamente pretenciosos que son algunos chefs. Particularmente esos que llevan estrellas Michelin como si fueran honores de guerra. Esos que tienen restaurantes a los que uno tiene que ir previamente comido y con mucho dinero por un plato excesivamente costoso y pequeño.

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Cocina y realities

La cocina está de moda, lo que es genial, pero los chefs son ahora celebridades, y si ya eran pretenciosos antes de alcanzar fama tipo A-list, se imaginarán cómo se han puesto.

Ningún ejemplo es mejor que el de Gordon Ramsay, el chef británico que alcanzó la fama siendo un patán con sus aprendices en programas como Hell's Kitchen, Kitchen Nightmares y, más recientemente, la exitosa franquicia de MasterChef.

Yo les confieso que no soy nada asidua a ver reality shows en general. Pero desde su comienzo me he mantenido enganchada al MasterChef España (en todas sus versiones), quizás porque es menos obvio en su papel de show. Es decir sus elementos de típico reality no son detestablemente abundantes. Hay un buen equilibrio entre espectáculo y cocina, y los jueces no tienen ese papel del bueno, el malo y el feo. Son duros, pero no groseros.

Gordon Ramsay y lo atractivo del juez villano

Tal vez porque nadie podría llegar a ser tan despreciable como Ramsay lo es en su papel de chef del infierno. Y es que el hombre se toma su papel tan en serio que hasta es inaguantable en Twitter.

Claro que muchas personas, masoquistas probablemente, disfrutan de esto. Es la razón por la que Ramsay es tan popular, y posiblemente por la que los realities no mueren. No hay otra razón por la que la gente acudiría a las redes sociales para solicitar críticas culinarias de un tipo que es tan intratable.

Esto es lo que pasa. La gente cocina, se siente orgullosa de haber logrado transformar algo que salió de la tierra en algo comestible (o casi) y decide buscar reconocimiento del chef del que más significativo sería obtenerlo, el más malo de todos. El problema es que ocurre exactamente lo que uno debería esperar que ocurra:

Antes muerto que agradable

Ramsay no es un tipo espontáneamente amable, porque no le hace falta. Particularmente en público, lo que dañaría su imagen de tipo rudo. Como si Simon Cowell fuera medianamente agradable alguna vez, el mundo probablemente estallaría.

El resultado, claro, es divertido. Es poco probable que las personas que buscan la crítica de Gordon Ramsay en Twitter realmente esperen palabras amables, sino todo lo contrario.

Seguramente, en su vida cotidiana y fuera del ojo público, Gordon es un sujeto normal que de hecho tiene capacidad de no ser grosero todo el tiempo. Pero no podemos pretender que si hacemos a un personaje pretencioso millonario y célebre por humillar a los demás, esta persona sea humilde.

No todo es malo

Eso sí, Gordon Ramsay no siempre es un simple antipático que se toma el tiempo de responder a trolls en internet. De hecho eso demuestra que tal vez no sea tan terrible como quiere aparentar.

Porque muchas veces ha dado consejos y hasta ha motivado a sus seguidores:

No podemos olvidar que la suya es una profesión que apenas está tomando reconocimiento masivo. Si bien todo el mundo aprecia un buen plato, los chef no solían ser admirados. Pero siempre han sido personajes con pasión por lo que hacen y con poca paciencia para los que no tienen el mismo entusiasmo.

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