La música de Opeth es lo suficientemente compleja y rica en variaciones, matices, y sonidos como para esquivar la estrecha y cómoda etiqueta de metal. Sí, de hecho es una banda que se mueve en ese territorio, y que en sus comienzos eran definidos como death metal, pero basta sentarse a escuchar un puñado de discos de Opeth para encontrar el montón de estilos que la banda liderada por Mikael Åkerfeldt ha incorporado en su música a lo largo de su trayectoria, desde la clara influencia del rock progresivo al folk, pasando por el jazz y la música clásica.
Opeth clásico: este cover de Harvest para 9 cellos es lo mejor que vas a escuchar hoy
Por:Univision
Pero el gran mérito de la banda ha sido integrar esas influencias y hacer una amalgama única y refinada, con esa riqueza que ayudan a ampliar el espectro de gustos musicales de quienes han crecido con Opeth durante todos estos años, y que también atrae a los más alejados del metal extremo. Tal es el caso de Raphael Weinroth-Browne, un músico clásico graduado en la Universidad de Ottawa, responsable de este maravilloso cover de Opeth. Se trata de una versión de “ Harvest”, canción que Opeth grabó en su disco Blackwater Park (2001), y que este músico ha arreglado para 9 cellos, con resultados asombrosos y que podemos escuchar a continuación:
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La pieza es compleja y muy rica en matices, y el cello tiene mucho que ver. Weinroth-Browne reconoce las posibilidades que ofrece el instrumento, y es claramente un músico abierto a las nuevas experiencias y probar diferentes estilos:
“Una vez que te das cuenta que puedes imitar otros instrumentos y ocupar otros roles, y que hay un millón de personas haciéndolo, te congratulas de ser un cellista [...] Siento que puedo decir lo que quiera con él [...] He tocado música de Bollywood, jazz, improvisación libre, metal [...] te sientes forzado a tratar de hacer de todo”.
Y quizá Åkerfeldt quiera tomar nota de esto:
“Me gustaría seguir haciendo música clásica a un nivel más alto, pero ahora mismo me gustaría ir a tocar con músicos persas o tocar en eventos de metal”.
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Al momento de ser editado Blackwater Park, algunos periodistas se preguntaban por la posibilidad de que Opeth incorporara cuerdas, teniendo en cuenta el estilo y el sonido del disco. En ese entonces, Åkerfeldt se refirió a que no querían sobrecargar su sonido, y que preferían quedarse con lo que podían hacer con sus cuatro instrumentos –en ese entonces, aún no habían incorporado un tecladista a la banda–.
Quince años después, Åkerfeldt tiene algunos proyectos musicales además de Opeth. Uno de ellos es la participación con otros músicos en un trabajo mucho más orientado a la música clásica, aunque no ha dado muchos detalles al respecto:
“Dije que en 2016 quería ser muy productivo a nivel creativo y me invitaron a participar en un proyecto que reunía a músicos de rock sin educación formal. Básicamente, no sé qué carajo estoy haciendo. Músicos sin preparación formal que van a escribir música clásica”.
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Åkerfeldt ha dado muestras de ser un tipo abierto a nuevas experiencias musicales (y de hecho agradecemos que haya compartido tanto tiempo con Steven Wilson), de abrir nuevos caminos y alejarse de las limitaciones y los elementos canónicos del metal, algo posible en buena compañía:
“Me rodeo con músicos muy, muy buenos. Pero ellos también son más que músicos de metal. Escuchan todos los tipos de música, están interesados en sus propios instrumentos y en desarrollar sus habilidades para esos instrumentos. Ese ha sido el caso desde el principio. Siempre pretendimos ser músicos suficientemente competentes porque así la experimentación se hace mucho más fácil”.
Claramente, Åkerfeldt y Weinroth-Browne comparten ese interés en ampliar sus horizontes. Es lo que hacen los buenos músicos.
Si quieres escuchar algo más de Weinroth-Browne, aquí te dejamos algo de lo que este músico candiense está haciendo junto con Heather Sita Black, The Visit:
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