Los secretos detrás del enigmático videoclip de "Daydreaming" de Radiohead

En mayo de 2016 Radiohead lanzó su noveno álbum de estudio, A Moon Shaped Pool, casi sin promocionarlo, salvo por el lanzamiento de dos sencillos una semana antes, acompañados por sus respectivos videoclips.

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Al impacto inevitable ante un nuevo disco de una de las bandas de rock más populares y aclamadas, hubo que sumar entonces el efecto sorpresa, por lo que el álbum fue bastante discutido y comentado en su momento.

Ahora, sobre el final del año, esto ocurre nuevamente, ya que A Moon Shaped Pool fue ubicado en las famosas listas de los mejores discos del año por casi todas las publicaciones más conocidas y leídas de la prensa musical.

De modo que es un buen momento para detenernos en uno de los mencionados sencillos que precedieron el lanzamiento del disco, y en especial en el misterioso videoclip realizado por el prestigioso director Paul Thomas Anderson (que dirigió otros dos videos musicales el mismo disco).

Soñar despierto

"Daydreaming" fue el segundo sencillo del álbum. Una balada de piano con algunos elementos electrónicos, ambient y orquestales, incluyendo arreglos de cuerda a cargo de Jonny Greenwood.

La música, la voz de Thom Yorke y los arreglos vocales nos hunden en ese clima habitual de las baladas de la banda, con algo de melancolía apacible, pero en este caso también algo inquietante y hasta espeluznante.

La letra minimalista, por su parte, favorece diversas interpretaciones, algo que ya es acostumbrado para los fans de Radiohead (incluso sobreinterpretaciones, como veremos más adelante), pero el efecto de vaguedad y misterio se expande y se hace casi estremecedor sobre el final de la canción, cuando después de un crescendo, aparece una voz espectral y monstruosa, casi gutural.

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La voz, en realidad, no es otra que la de Thom Yorke pero reproducida hacia atrás, mientras repite la línea “Half of my life”, es decir, “la mitad de mi vida”.

Como si se tratara del célebre mito de los mensajes subliminales ocultos que salían a la luz si se reproducía el álbum al revés, esa frase es la clave para descifrar el centro emocional y conceptual de la canción, cosa que el videoclip confirma con varias pistas visuales y simbólicas, pero que también carga de complejidad y significados.

Así lo sostiene este video ensayo titulado “Los secretos de Daydreaming”, que deconstruye el videoclip para bucear sobre los posibles significados de lo que Radiohead y el director Paul Thomas Anderson quisieron decir, aunque de forma ambigua y tal vez rebuscada.

https://vimeo.com/178823364

Puertas y mitades

El asunto es así: la banda y su productor regular Nigel Godrich comenzaron a trabajar en el disco en septiembre de 2014. En ese entonces, Thom Yorke tenía 46 años.

Poco después, a mediados de 2015, el líder de Radiohead emitió un comunicado conjunto con su pareja, la artista Rachel Owen, en el que anunciaron su separación, en términos amistosos, “tras 23 años altamente creativos y felices”.

“La mitad de mi vida”, el mensaje enmascarado al revés al final de “Daydreaming”, entonces, hace referencia a la relación de 23 años que Yorke mantuvo con Rachel Owen. Es una mirada a ese pasado.

Así, parte de la letra al menos adquiere un marco más concreto y específico en el que se puede situar, y, por ejemplo, la línea “es demasiado tarde/ el daño ya está hecho/ esto va más allá de mí, más allá de ti”, ya no suena tan misteriosa, aunque sí más triste.

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El título mismo de la canción, “Daydreaming”, «soñar despierto», se puede interpretar fácilmente como la idea de que su relación fue de ensueños.

“Los soñadores nunca aprenden” es lo primero que advierte la letra. Uno nunca termina por aceptar que todo sueño termina, que siempre despertamos al final.

En el video vemos a Thom Yorke atravesando diferentes puertas, que lo llevan por sitios aparentemente azarosos —lavanderías, supermercados, estacionamientos, casas de familia, hospitales, hoteles— poblados de personas que no le prestan ninguna atención y continúan con sus asuntos. Detrás de cada puerta hay un lugar completamente nuevo y generalmente inesperado, que la habitación o espacio previo no permitía adivinar ni suponer.

En principio, esto puede verse como una metáfora de la vida, de las decisiones que tomamos sin saber qué nos espera del otro lado. Nunca vuelve por la misma puerta, siempre avanza hacia adelante.

Cada puerta, además, contiene un letrero de “Salida” (“Exit”), del que Yorke siempre avanza en dirección opuesta: no hay salida, no hay vuelta atrás.

Pero el video da una pista más que evidente que lo vincula a la relación de Thom Yorke con Rachel Owen: 23 es el número de puertas que atraviesa en total. Una por cada año que estuvieron juntos.

Al principio, se puede ver Thom Yorke dubitativo, curioso, observador de su entorno, pero a medida que avanza por más puertas parece cada vez más confiado y determinado, con pasos más firmes. Son esos los vaivenes de una relación.

Finalmente, sube a la cima de una montaña, se refugia, y todo termina.

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En el video ensayo se nota que en casi todas las habitaciones que el personaje atraviesa y hay otras personas, muchas de ellas son mujeres, y especialmente madres.

Si no, la figura femenina aparece en forma de cuadro, imagen o símbolo, como ese final en el que Thom Yorke ingresa en la seguridad de una cueva con una acogedora fogata en su interior y adopta una posición fetal, un símbolo del útero materno.

¿Es un reconocimiento a la mujer que es además la madre de sus hijos?

Antes mencionamos la sobreinterpretación, y estamos al borde de ella. Mucho más al respecto hay en el análisis detallado del video ensayo: se sostiene que 6 es el número asociado a la maternidad en numerología, y así se vincula con el 23 de las puertas y los años mediante la multiplicación de esas dos cifras, se mencionan elementos que aparecen en cantidades de a 6, la duración de la canción (6:24 o 6=2+4), la métrica, la fecha de lanzamiento y otras referencias numéricas que no resultan tan interesantes.

Sin embargo, después entra en consideración otra interpretación de las 23 puertas: el primer álbum de Radiohead, Pablo Honey, fue lanzado en 1993, también hace 23 años.

De repente, mucho de lo que contiene el video adquiere un significado relativo a la banda y su historia, y no solamente a la vida personal de Thom Yorke.

O, incluso, según sostiene el narrador del ensayo, el video se trata sobre esa misma dualidad: la creación artística vs. la vida familiar; el músico vs. el padre y esposo.

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“La mitad de mi vida” se convierte en “las dos mitades de mi vida”.

Allí, entran en juego muchas otras pistas visuales que hacen referencia a la banda, a las portadas de sus discos, a las canciones.

Finalmente, es muy interesante aplicar al video el concepto de reversibilidad del final de la canción: si se reproduce de atrás hacia adelante, podemos ver simbolizado un nacimiento, con el protagonista emergiendo del útero materno, y después de recorrer un camino que lo lleva por diferentes sendas, pasillos y habitaciones, termina con él dirigiéndose hacia la luz al final del túnel.

La idea de dualidad, simetría o reflejo, y las sutiles diferencias y similitudes entre una cosa y su reverso, entre dos mitades de una misma cosa, o incluso entre dos partes complementarias de un solo amor, es una lectura inevitable.

Se puede notar además una referncia a la alegoría de la caverna de Platón, la más célebre explicación filosófica de la eterna batalla entre la razón y el corazón, entre el mundo que percibimos con la mente y el que percibimos en los sentidos.

O, en otras palabras, el fascinante mundo de ensueños y el decepcionante mundo real.