Las 12 performances más absurdas, impactantes y demenciales del arte contemporáneo

El arte no es solo la exaltación de la belleza sino que mucho más a menudo busca impactarnos, cuestionar nuestros conceptos acerca de lo que es agradable, y movilizarnos hacia la crítica y la reflexión. Este arte que incomoda también pone a prueba los límites del público y del artista.

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La performance se caracteriza por ser efímera, muchas veces carece de soporte y no precisa una técnica, nos hace interactuar y ser parte de la obra de arte, es irrepetible como una aventura. ¿Qué pasa entonces cuando esas ganas de generar “impacto” en el público simplemente nos deja… perplejos y confundidos? Veamos de qué tratan estas obras y analicemos si era realmente necesario hacer esto en nombre del arte.

1. Vito Acconci

En Seedbed o “Colchón de semillas”, Acconci estaba escondido debajo de una rampa en un museo mientras se masturbaba al ver pasar a los visitantes.

Un sistema de sonido lo comunicaba con el espectador y permitía escuchar los comentarios pervertidos que vociferaba y entender con lo que se excitaba. La intención era mostrar la paranoia de ciertos personajes machistas en forma de caricatura.

2. Marni Kotak

Kotak dio a luz a su hijo en una galería de arte, en frente a un público en vivo que podía llevarse regalos como recuerdo, partes que se desprendían del cuarto (especialmente acondicionado) al finalizar. Además, le dio a su hijo un gigante trofeo al nacer. Solo podemos decir: “pobre niño…”.

(Parece que después de eso tuvo depresión post-parto, le mandaron medicación, y su última performance consiste en dejarlas de tomar).

3. Wafaa Bilal

Como parte de un proyecto sobre la vigilancia y la tecnología el monitoreo, Bilal se implantó quirúrgicamente una especie de cámara web en la parte de atrás de su cráneo.

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Durante un año, estuvo sacando fotos de lo que veía por la nuca y las cosas que “dejaba atrás”. Preferimos los piercings tradicionales, pero ¿quiénes somos para juzgar?

4. Abraham Poincheval

La vida es más simple cuando vives dentro de un oso disecado transformado en carcasa por dos semanas.

El espacio era diminuto y se llevó un par de libros, lo abastecían de comida, y debe de haber tenido más de un doloroso calambre. Todo para demostrar… algo.

5. Adrian Parson

Se practicó a sí mismo una circuncisión en frente al público, con una navaja suiza desafilada, en algo que tenía que ver con la penetración y… ¿la tortura? Esperamos seriamente que haya habido un médico presente.

6. Clayton David Pettet

Este estudiante de arte de 19 años decidió que perdería su virginidad como parte de una performance con un hombre anónimo y desconocido del público. ¡Nos engañó a todos!

En realidad, cuando la gente fue a ver el espectáculo sexual, el acto consistía en meterle una banana en la boca. Le damos puntos por demostrarnos a todos que somos perversos y morbosos.

7. Milo Moire

Al mejor estilo Pollock, su arte abstracto consistía en disparar pelotitas de pintura desde… su vagina.

El resultado era “simétrico, colorido, fuerte”. El proceso parece demasiado ¿carnal? y digno de algo que veríamos en un bar de striptease en Hong Kong. Pero es arte feminista.

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8. Casey Jenkins

Esta es otra artista que hace uso de su fisonomía para cumplir con el objetivo. La idea era tejer durante 28 días a partir de ovillos de lana que “he insertado en mi vagina”.

Es una mezcla de artesanía, activismo y pret-a-porter. La gente se divirtió mucho con esto en Twitter.

9. Tilda Swinton

¿Quién no sueña con cruzarse con una celebridad? Tilda Swinton usó el Museo de Arte Moderno de Nueva York para rendirse a una serie de  siestas aleatorias en un ataúd de cristal.

Lo mejor es que podía aparecer o no. No había horarios, nadie sabía cuando Swinton haría una aparición (quizás después del almuerzo) para roncar en público.

10. Voina

Este grupo de radicales activistas rusos usaban el arte para sus protestas. Desde graffitis obscenos, insultar a la policía hasta “tirarle gatos a empleados de McDonald’s” (sí, gatos) o robar pollos de un supermercado insertándolo en cavidades corporales (basta…).

Pero su manifestación más controversial fue simplemente una orgía pública (es decir, un buen rato entre amigos) en un museo de Moscú. Lamentablemente, era parte de un reclamo a las autoridades y NO exactamente un festejo. 

11. Chris Burden

Burden le pidió/permitó a un amigo que le disparara con un rifle mientras él se quedaba quieto, contra la pared de la galería de arte.

El episodio filmado fue, además de doloroso, algo “increíblemente estúpido” según el propio artista. ¿Algo acerca de la indefensión, la confianza, la entrega, la violencia? No tenemos la más mínima idea.

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12. Marina Abramovic

Por su sutileza y simplicidad, la mejor perfomance en nuestro ranking es la de Abramovic que pasó más de 700 horas en el Museo de Arte Moderno de Nueva York sentada en una mesa mirando fijamente a espectadores.

Las personas pasaban de a una y se sentaban en frente. Muchas, después de algunos minutos de ser penetradas con la mirada, se emocionaban en llanto.