Estas imágenes, registradas por André Joosse, fotógrafo holandés, muestran el vacío y la desolación que habitan la ciudad de Pripyat, la ciudad más cercana a la famosa planta nuclear, 30 años luego de la catástrofe de Chernobyl.
La ciudad fantasma: imágenes de Chernobyl 30 años más tarde

El 26 de abril de 1986, uno de los reactores de la central nuclear de Chernobyl explotó, provocando una fuga de radioactividad. Las partículas radioactivas se esparcieron rápidamente en la atmósfera en torno a la central, por lo que el aire, el agua, la tierra y todo lo que se encontraba a su paso quedó contaminado. Esta contaminación puede llegar a ser mortal. Verse expuesto a radiación puede provocar tumores, cáncer y la muerte.
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El futuro es incierto para las zonas aledañas a Chernobyl, algunos expertos consideran que algunos cientos de años serán suficientes para que la radiación no tenga más efecto. Otros opinan que el daño es irreparable.
Luego del accidente, se estableció una zona de exclusión de 30 kilómetros a la redonda de la planta Chernobyl. Esto significa que ninguna persona (sin autorización gubernamental) puede vivir en o visitar el lugar. Así fue como Pripyat se convirtió en una ciudad fantasma.
Antes del accidente, Pripyat era la ciudad en la que vivían los trabajadores de la planta nuclear y sus familias. Como la energía nuclear era tan importante para el desarrollo económico y la hegemonía mundial de la URSS, trabajar en Chernobyl tenía muchos beneficios para sus empleados. En Pripyat se encontraban buenas escuelas, hermosos parques y se accedía a artículos de lujo que eran escasos en muchos otros lugares del extenso país soviético.
Viendo las instalaciones vacías y la desolación que habita el lugar, es difícil imaginar que, en una época, vivir en Pripyat era un sueño hecho realidad para muchos.
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Sin embargo, Pripyat no está completamente vacía. Algunas personas, luego de su evacuación, volvieron a sus casas abandonadas y siguen viviendo en la zona de exclusión, a pesar del peligro que esto supone. En general, se trata de campesinos y trabajadores pobres que no tienen otra opción.
Se calcula que, en la actualidad, hay 7 mil personas trabajando en la planta, y que éstas viven en la zona de exclusión en tramos de 14 días, para evitar que los nefastos efectos de la radiación los afecten. A pesar de esto, la ciudad no ha vuelto a ser lo que era, y lo más probable es que jamás lo sea.
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