J.G. Ballard, gran escritor de ciencia ficción y célebre inspirador de grandes músicos

J.G. Ballard es uno de esos grandes escritores con un estilo, temática y estética tan marcados y distintivos que originan la creación de un nuevo adjetivo en el lenguaje, en este caso, «ballardiano» (así como borgiano o kafkiano).

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Un término que se utiliza generalmente para describir mundos distópicos sombríos e inquietantes, escenarios que en sus novelas son muchas veces predominantemente artificiales o mecánicos o con una crucial intervención del hombre, y en los que los aspectos sociales, tecnológicos y ambientales afectan profundamente la psicología de sus personajes.

Para un ejemplo que puede sonar familiar y actual, al menos para los más cinéfilos, está la novela High-Rise, recientemente adaptada al cine por Ben Wheatley, con Tom Hiddleston como protagonista.

La historia está ambientada en una torre de edificios casi hermética y autosuficiente, en la que sus residentes cuentan con supermercados, bancos, restaurantes, escuelas, piscinas y gimnasios; esencialmente, una sociedad a escala, y esa es la metáfora que Ballard utiliza para explorar cómo el contexto social, tecnológico e incluso el espacio físico, la arquitectura, puede alterar la psiquis humana.

Los residentes del edificio terminan aislándose del mundo exterior y descienden gradualmente al caos y la violencia.

Este libro ha sido citado como uno de los favoritos de Ian Curtis, el líder y fundador de la legendaria banda de post-punk Joy Division.

Y precisamente esta es la primera de toda una serie de conexiones e influencias que J.G. Ballard ejerció sobre la música popular, que se extienden hasta hoy.

Aquí algunos ejemplos.

Joy Division – “Atrocity Exhibition”

A pesar de que Ian Curtis era fanático de la novela High-Rise, su referencia ballardiana fue a otra famosa obra del autor, The Atrocity Exhibition.

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Así se titula la canción que abre el segundo y último álbum de Joy Division, el icónico Closer, de 1980, un disco ya bastante oscuro y melancólico por sí mismo, por su sonido, sus letras y su producción (la portada es una foto de un cementerio), pero mucho más al haber sido lanzado pocos meses después del suicidio de Ian Curtis.

El nombre es tomado de la novela experimental de Ballard del mismo nombre, que consiste en diferentes historias o capítulos con diferentes conexiones entre sí, o lo que el autor llamó “novelas condensadas”, que inspiraron todo el álbum Closer.

Al igual que éste, la atmósfera de la novela es etérea y opresiva, mientras el protagonista y narrador se va hundiendo en la psicosis y sus descripciones del mundo real se confunden con los mundos imaginarios que pueblan su mente.

Para venir a la actualidad, Atrocity Exhibition es también el nombre del último álbum del rapero Danny Brown, un disco que viene siendo considerado entre los mejores de este año. Brown dijo que el nombre es un homenaje tanto a Joy Division como a J.G. Ballard.

Hawkind – “High-Rise”

La banda inglesa Hawkind, pionera del llamado rock espacial y siempre inclinada a la utilización de temas y elementos de ciencia ficción en sus letras —una de sus canciones más famosas es “Silver Machine”, cantada por Lemmy Kilmister en su paso por la banda—, dedicó una canción de su álbum PXR5 a la novela High-Rise.

En este mismo álbum hay una canción llamada “Robot” que hace referencia a las tres leyes de la robótica de Isaac Asimov.

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The Creatures – “Miss the Girl”

The Creatures fue un proyecto paralelo creado a comienzos de los 80 por Siouxsie Sioux y Budgie, miembros de la banda Siouxsie and the Banshees en ese momento.

En 1983 lanzaron su primer álbum, Feast, y su canción más exitosa fue “Miss the Girl”, una peculiar composición en la que predominan la percusión y el sonido de una marimba.

La letra de la canción hace referencia a otra de las novelas más famosas de Ballard, y en especial una muy controvertida: Crash, publicada en 1973, una de las principales responsables de cimentar la reputación de Ballard como un escritor provocativo y transgresor.

Es bastante conocida también la no menos polémica y brillante versión cinematográfica de esta historia, adaptada por David Cronenberg —alguien indudablemente adecuado para tal empresa— en 1996.

Los protagonistas de la novela (y de la película) padecen una peculiar forma de parafilia llamada sinforofilia: se excitan sexualmente al observar o representar un desastre, por ejemplo, un accidente de tránsito.

Los pormenores de este extraño fetichismo metálico y morboso son narrados de manera gráfica y detallada.

Manic Street Preachers – “Mausoleum”

Y esta canción de los Manic Street Preachers incluye en su letra la siguiente frase

“Quería restregar el rostro de la humanidad en su propio vómito y luego obligarla a mirarse al espejo”

Esto es una cita textual de Ballard, pero no de su obra sino de una entrevista, cuando le preguntaron las razones por las que había escrito una novela como Crash.

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The Normal — “Warm Leatherette”

En 1977, Daniel Miller, en ese entonces, estudiante de cine, estaba mal porque había roto con su novia. Un amigo le recomendó un libro: Crash, de Ballard. Según Miller, el libro lo trasladó “cinco minutos hacia el futuro” e inmediatamente decidió hacer algo con él. Quiso escribir un guión de cine pero esto no prosperó.

Entonces decidió armar un proyecto musical (“encapsular ese guión en una canción de dos minutos”). Quería armar una banda punk (naturalmente: era 1977) pero para esto necesitaba aprender tres acordes, así que en cambio se compró un sintetizador y comenzó su proyecto electrónico The Normal, inspirado y originado por Ballard.

Su primer single fue “Warm Leatherette” o “cuero sintético caliente”, cuya letra describe, precisamente, un apasionado romance en los asientos de un coche en llamas tras un accidente: “Rápido, hagamos el amor antes de que te mueras”.

Gary Numan – “Down in the Park”

Gary Numan, en sus días al frente de la banda new wave Tubeway Army, escribió esta canción que refleja de manera brutal y descarnada esos escenarios imaginados por Ballard en sus historias.

Todo su segundo álbum, Replicas (1979), al que pertenece esta canción, está atravesado por el concepto de un futuro distópico.

“Down in the Park” en particular, narra la historia de un parque temático futurista en el que unos androides con piel humana y otras máquinas violan y matan seres humanos para entretenimiento de los visitantes que miran desde cerca.

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Gary Numan y este álbum tomaron inspiración también de Philip K. Dick, el autor de El hombre en el castillo, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? y Ubik, entre otras.

Madonna – “Drowned World (Substitute for Love)”

Ray of Light, de 1998, el séptimo álbum de estudio de Madonna, tuvo algunos giros respecto a la obra previa de la reina del pop: musicalmente es más electrónico, un disco de tecnopop con elementos de ambient y trip-hop; temáticamente es místico y espiritual (Madonna estaba atravesando su etapa de la cábala, el estudio del budismo y la práctica del yoga).

La canción que abre el disco y pone en escena todos estos elementos, “Drowned World (Substitute for Love)”, toma su título de la segunda novela de Ballard, The Drowned World, El mundo sumergido (1962).

Es una historia post-apocalíptica, pero con una vuelta de tuerca: el protagonista no está aterrado o preocupado por el fin del mundo. Está fascinado con él.

Nuevamente, hay un diálogo, una correlación, entre el estado mental del protagonista y el paisaje post-apocalíptico que ha dejado un desastre natural de gran magnitud.

The Buggles – “Video Killed the Radio Star”

Un cuento de Ballard llamado El barrendero de sonidos narra la historia de un joven mudo que se encarga de aspirar sonidos que han quedado perdidos en lugares abandonados. En este mundo, la música tradicional ya no tiene lugar, no hay actuaciones en vivo ni grabaciones: todo es música ultrasónica.

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Los miembros de The Buggles Trevor Horn y Bruce Woolley han dicho que esta historia, en la que una nueva tecnología deja obsoletas otras anteriores, inspiró su célebre canción “Video Killed the Radio Star”.

El segundo álbum de The Buggles incluye una canción titulada “Vermilion Sands” en honor a la colección de relatos bajo el mismo nombre de Ballard.

Los grandes escritores siempre extienden su influencia a lo largo de diferentes campos artísticos y culturales, pero la relación entre J.G. Ballard y la música parece especialmente estrecha, sobre todo, aunque no exclusivamente, dentro del post-punk, el rock industrial o la electrónica, géneros en los que la música intentó crear y reflejar por sí misma aquellos inquietantes y sombríos mundos ballardianos.