Hermanos de tinta

Desde tiempos inmemoriales los tatuajes han servido como declaraciones de amor, testimonios marcados a fuego, mejor dicho a tinta, de que otra persona es importante para uno.

Los más clásicos pueden ser algunos como: el marinero con sus novias (todas de puertos diferentes... tal vez en este caso lo de la importancia es relativo), el motoquero con su mujer, el musculoso con su mamá, y las chicas que llevan en su cuerpo el nombre de ese galán que las enamoró con locura.

Sin embargo, hoy en día se está dando que los vínculos entre hermanos, son los elegidos para quedar registrados en el cuerpo. Con esto no me refiero a bandas, pandillas, ni lo que en inglés se llama gangs, sino hermanos de sangre.

Ya sea disfrazados en un tribal, letras góticas, chinas, o un dibujo compartido; para algunos el vínculo de sangre parece no ser suficiente, y lo reafirman a través de un tatuaje.