¿Has escuchado de la maldición de Keanu Reeves? Está ligada a su éxito

Algunos creen que es la Providencia para otros es la suerte de cada persona, lo cierto es que Keanu Reeves por cada éxito profesional ha tenido que pagar una lágrima.

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En una entrevista para The Guardian, el artista comentó que «la melancolía de Wick posiblemente tenía una conexión con algunos momentos dolorosos de su vida».

En 1999, a unos meses del estreno de Matrix, la pareja de Keanu, Jennifer Syme dio a luz a la hija de ambos, Ava, quien nació muerta. La pérdida fracturó la relación, ella entró en depresión y el actor trató de ayudarla pero la separación era inminente. Dos años después de haber terminado, Syme perdió la vida en un accidente automovilístico, en 2001. 

Sin embargo, Reeves conoció el significado de la palabra adiós desde muy temprana edad, a los tres años su padre de ascendencia chino-hawaiano abandonó a la familia y la madre tomó la decisión de de mantener una vida errante con sus hijos.  

Durante mucho tiempo, el actor no tuvo una residencia fija hasta que llegó a Toronto. La vida pareció adquirir algo de tranquilidad pero no fue así, Kim, su hermana menor, enferma de leucemia, tras meses de tratamiento logra vencer el cáncer.

En 1991, el intérprete de un Paseo entre las nubes conoció a River Phoenix, quien sería su mejor amigo aunque por muy poco tiempo. River, que también fue su compañero de rodaje en  Mi Idaho privado, falleció a causa de una sobredosis de speedball, mezcla de cocaína y heroína. Esta cinta empujaría la carrera del actor. 

Durante a principio del 2000, la leucemia vuelve a la vida de Reeves, su hermana enferma nuevamente y por el día de hoy sigue luchando contra la enfermedad. 

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Lo anterior ha hecho al famoso consciente de la importancia de las investigación y para promoverlas ha donado millones de dólares. 

Esta batalla se empalma con el éxito taquillero de Jonh Wick, un asesino que busca a los hombres que irrumpieron a su casa y mataron a su cachorro, el último regalo de su esposa recién fallecida.  

Maldición o no,  Keanu Reeves es un ser humano que demuestra que en cada tragedia algo cambia, pero debemos seguir adelante. 

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