Hace algunos años George Lucas decidió que una buena causa en la que gastar parte de la millonaria fortuna que le ha dejado Star Wars y su productora Lucasfilm (que Disney adquirió en 2012 por $4.000 millones de dólares) era crear un museo cultural (es uno de varios emprendimientos filantrópicos del director), que además funcionará eventualmente como una parte material y concreta de su legado.
George Lucas no puede encontrar un lugar para ubicar su millonario museo

Con el nombre de Museo Lucas de Arte Narrativo ( Lucas Museum of Narrative Art), y autoproclamado como el primer museo de su tipo, se propone combinar las bellas artes con la cultura popular, los cómics, el cine y el arte digital, “con una perspectiva privilegiada del proceso creativo cinematográfico y el enorme potencial del medio digital”.
Una celebración del arte narrativo en sus diferentes formas, orientado especialmente a aquellos que creen que los museos tradicionales son aburridos.
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Lucas ofreció $300 millones de dólares para la construcción inicial del museo y otra donación adicional de $800 millones una vez que esté abierto y en funcionamiento. También propuso exponer en el museo su propia colección de arte, valuada en $1000 millones. En definitiva, es un proyecto que parece muy noble e interesante, pero que ha sido recibido con críticas o directamente con un fuerte rechazo por parte de algunos grupos en los lugares que ha intentado asentarse.
Tengo un mal presentimiento

Proyecto arquitectónico del museo propuesto para Chicago
La intención inicial fue construirlo en Crissy Field, un antiguo predio perteneciente al ejército devenido en parque público en la zona recreativa alrededor del puente Golden Gate, en San Francisco.
Luego de tres años de negociaciones con las autoridades responsables del parque, no pudieron llegar a un acuerdo, así que decidieron trasladar la propuesta a Chicago.
Una comisión de la ciudad aceptó el proyecto y propuso un sitio al borde del lago Michigan para ubicar el museo, en la zona Museum Campus, que reúne algunas de las atracciones más notorias de la ciudad.
Tras hacer el anuncio oficial y develar los planes arquitectónicos, se alzaron muchas voces de protesta en Chicago por la ubicación de este edificio.
Los planes arquitectónicos —el proyecto parece una combinación de un Museo Guggenheim con el Millenium Falcon— se mantuvieron iguales de los de San Francisco, pese a contar con un espacio menor.
En un editorial, el periódico Chicago Tribune consideró que la estructura era demasiado grande y que parecía más “un monumento a su patrocinador antes que una modesta contribución a un espacio público”.
Por su parte, la organización de preservación Friends of the Park, se opuso firmemente a la instalación del museo e implementó una demanda para impedir su construcción. Rechazó la cesión de una propiedad pública a un museo que, según su opinión, “no es para beneficio del público sino para promover intereses privados y comerciales”.
A esto le siguieron numerosos litigios, propuestas y negociaciones entre los responsables del museo, el gobierno de la ciudad, organismos oficiales, organizaciones sociales, constructores y arquitectos.
El proceso, entonces, no ha sido nada fácil. Con la intención de escuchar algunas de las críticas al edificio, se modificó el diseño para que ocupara menos espacio, aunque manteniendo la base original.
Los amigos del parque ( Friends of the Park) siguieron oponiéndose al proyecto, de modo que finalmente George Lucas decidió buscar otra ciudad en la que ubicar su museo.
Así, a mediados de 2016 anunció que intentaría buscar un lugar en Los Angeles o, nuevamente, en San Francisco.
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Una vuelta de tuerca

En un inesperado giro en la trama, digno de una película de Star Wars, ahora estas dos ciudades se están disputando el Museo Lucas: las dos quieren ser su hogar.
El alcalde de Los Angeles dijo que este museo era uno de “los más grandes regalos cívicos en los Estados Unidos” y que “Los Angeles es el hogar natural para él”.
Le ofreció a Lucas un predio cercano a la Universidad del Sur de California para construirlo.
Las autoridades de San Francisco no están de acuerdo, y creen que es su ciudad la ideal para alojar el gran museo (George Lucas vivió gran parte de su vida en San Francisco, y allí estaba situado Lucasfilm antes de ser adquirido por Disney).
Le hicieron entonces una oferta que será difícil rechazar: un predio de 16.000 metros cuadrados en un lugar llamado la Isla del Tesoro, en medio de la Bahía de San Francisco, con una vista privilegiada de la ciudad.
“Ponte en su lugar” dijo el encargado de los museos del gobierno de la ciudad, “puedes elegir entre estar en una isla propia, visible para toda la ciudad en la bahía, o puedes ser uno más de muchos museos en un parque”, haciendo referencia a la oferta de Los Angeles.
Así que ahora la decisión corre por cuenta de George Lucas y los encargados de su museo. Que la fuerza los acompañe.









