Equidad de género en las empresas: ¿moda o realidad?

De un tiempo a la fecha, el tema de equidad de género ha cobrado gran relevancia en el ámbito social; a las empresas se les pide cada vez más  mejorar la situación laboral de las mujeres y generar oportunidades reales para su crecimiento.

Hasta ahora, algunas compañías trataban de cubrir un porcentaje “cuota” para ser consideradas como “equitativas”, pero en el fondo sabíamos que debía trabajarse en un cambio en la cultura corporativa, para propiciar el empoderamiento de la mujer y la igualdad de oportunidades con los hombres (justo el enfoque que fomentamos en Victoria 147).

Iniciativas como “ HeforShe” o Equality Means Business de ONU Mujeres, así como Pacto por México y los líderes sociales y políticos que han hablado sobre equidad han hecho ruido y de alguna manera están despertando la conciencia social (y empresarial).

Para nosotras, la equidad de género significa generar las condiciones y plataformas para que las mujeres accedan a las mismas oportunidades que los hombres. Pero ojo, debemos tener claro que equidad no es igualdad; esta última se refiere a que todos puedan trabajar, mientras que la primera implica que tengan las mismas oportunidades y para eso es necesario que cada grupo cuente con condiciones específicas.

Por lo tanto, el enfoque que me gusta darle desde la organización que dirijo es que la equidad de género corporativa es un tema de compañía, no de hombres y mujeres, pues es la empresa la que crea las condiciones donde éstos se desarrollan.

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Talento femenino

Culturalmente, los hombres han adoptado un papel tradicional de proveedores, pero eso ha estado cambiando y, hoy en día, las organizaciones que quieren atraer y sobre todo retener el talento deben ofrecer condiciones equitativas que les permitan a las mujeres seguir desarrollándose profesionalmente.

Alguna vez Hillary Clinton mencionó en un discurso una frase que me gusta mucho y que engloba el quehacer de las empresas que buscan crecer en el futuro: “la mayor reserva de talento en este momento en el mundo está en las mujeres”.

Lamentablemente, la práctica que hasta el día de hoy es el común denominador es que la mujer que quiere lograr un crecimiento profesional debe "perder" el balance entre la vida personal y profesional. Además, continúa la brecha de género en salarios, la menor valoración de su trabajo, ambientes laborales hostiles, etc.

Recientemente realizamos un estudio sobre equidad y una respuesta común fue que la razón por la cual se frena la carrera de una mujer en una compañía es por tener hijos. Esto nos dejó mucho en qué pensar y por ello proponemos algunos puntos básicos para lograr equidad de género empresarial: 

• La equidad necesita ser un tema prioritario en la agenda de los directivos; no es una metodología, es una filosofía para la compañía.
• Es necesario hacer un diagnóstico serio que incluya los procesos actuales a nivel de recursos humanos, las políticas existentes, la comunicación interna y externa de la compañía, el lenguaje, la cultura/percepción de los colaboradores, la existencia de role models en las mismas. Y luego de tener un panorama claro, tomar acciones.
• Las acciones deben traducirse en cambios reales a nivel de: mindset, de su entorno y de sus requerimientos para poder crecer. No es solo abrir una guardería u ofrecer horarios flexibles, es un tema más profundo que involucra a toda la organización.

Ventajas de la equidad

La inequidad de género corporativa implica que cada vez son menos las mujeres que buscan su propio crecimiento en las organizaciones por las condiciones que tienen, y que la mayoría de las veces están asociadas a un desbalance muy fuerte en su vida personal. Esto, tan simple de decirlo, tiene consecuencias muy fuertes en la sociedad, en el imaginario de las nuevas generaciones y en el rol de la mujer en general.

Entre las ventajas que hemos encontrado dentro de las empresas que tienen o están trabajando en temas de equidad son: mejor ambiente de trabajo y de relaciones laborales; mejor gestión debido a la complementariedad entre género; mayor creatividad e innovación en la compañía; atracción del mejor talento del mercado; mejor imagen, reputación y prestigio de la empresa.

Las empresas que logren entender la dinámica de la mujer en sus roles profesionales y familiares serán aquellas que permanezcan y crezcan en el futuro; puesto que las empresas necesitan del liderazgo femenino para ser más flexibles, creativas y en función de la persona y el bien común.

Pero no todo es “la empresa” sino que la equidad recae también en el entorno personal, pues para que la mujer logre el balance entre su vida familiar y profesional es importante que tenga una pareja (o una familia, en caso de que no esté casada) que lo entienda y la apoye para lograrlo; pero también es importante no dejar de tener una interdependencia como clave para tener una relación familiar armoniosa y sentirse a gusto en el ámbito profesional.

Finalmente, me gustaría dejarte con esta última reflexión sobre la mujer, la equidad y sus opciones, pues considero que no es que ellas TENGAN que trabajar; se vale ser ama de casa, dedicarse a los hijos, no tenerlos, casarse, dedicarse a una carrera o emprender un negocio, pero todas estas cosas deberían ser POSIBILIDADES a elegir y si lo que se quiere es crecer en una compañía, deberían existir las mismas oportunidades reales para sobresalir.